15/10/2017, 17:22
—Claro, porque tú hubieras podido patearle el culo a Uchiha Akame con tan sólo explicarle intrincadas y difíciles ecuaciones matemáticas, ¿verdad? ¡Oh, mira; el múltiplo de cuatro mil setecientos ochenta y cinco dividido entre diecisiete por la raíz cuadrada de la tangente de tu putísima madre! ¡muere!
Era muy sencillo ligar una superdotación intelectual tan solo con el conocimiento que alguien podía adquirir. No ere cierto, por supuesto. Es verdad que alguien que nacía con mi peculiaridad era capaz de resolver difíciles ecuaciones o conocer la respuesta a muchas preguntas. Sin embargo, también tenía otras capacidades, pero claro, seguramente fuese difícil de entender para alguien con el cerebro de un pez. Solo por eso, pasé de explicárselo.
—Y eso lo dices porque, por supuesto, la fuerza física os fue de gran ayuda para ganarle ¿verdad?
La verdad: cortante como una espada, punzante como una lanza y contundente como un martillo. Seguro que aquello acallaba las risas del hombre pez. No tenía intención de hundirlo psicológicamente, pero si se reía de mí no iba a quedarme callado.
—En fin, compañero, que lo del torneo es otra liga. Cuando llegues ahí, hablaremos sobre ello, ¿te parece?
—Primero de academia, capitulo uno, pagina quince, segundo párrafo, tercera línea: Nunca subestimes a nadie, una inocente niña podría ser el disfraz perfecto de un poderoso y letal asesino
Era muy sencillo ligar una superdotación intelectual tan solo con el conocimiento que alguien podía adquirir. No ere cierto, por supuesto. Es verdad que alguien que nacía con mi peculiaridad era capaz de resolver difíciles ecuaciones o conocer la respuesta a muchas preguntas. Sin embargo, también tenía otras capacidades, pero claro, seguramente fuese difícil de entender para alguien con el cerebro de un pez. Solo por eso, pasé de explicárselo.
—Y eso lo dices porque, por supuesto, la fuerza física os fue de gran ayuda para ganarle ¿verdad?
La verdad: cortante como una espada, punzante como una lanza y contundente como un martillo. Seguro que aquello acallaba las risas del hombre pez. No tenía intención de hundirlo psicológicamente, pero si se reía de mí no iba a quedarme callado.
—En fin, compañero, que lo del torneo es otra liga. Cuando llegues ahí, hablaremos sobre ello, ¿te parece?
—Primero de academia, capitulo uno, pagina quince, segundo párrafo, tercera línea: Nunca subestimes a nadie, una inocente niña podría ser el disfraz perfecto de un poderoso y letal asesino
