17/10/2017, 16:59
Y un gordo pelado cargó la última caja de madera de una pila que venían cargando al barco hacía ya bastante tiempo, y varias personas que ocupaban lugares en aquella zona de espera se movilizaron a la embarcación previniendo la orden del hombre de sombrero negro que no tardó en llegar.
¡TODOS A BORDO!- se escuchó una voz gruesa y firme sonar desde estribor, la voz del capitán.
La gente comenzó a amontonarse tras la rampa que los dirigía a la cubierta del barco. Sin embargo, tres hombres corpulentos frenaron el avance y comenzaron a acomodar a la gente en fila. Mujeres, niños, ancianos, hombres, un repertorio variado iba a embarcar al barco y Karamaru podía verlos desde su lugar en los últimos de la fila.
El procedimiento de embarque era sencillo, uno de los tres hombres contó a la gente para que no sobrepasar la capacidad y luego empezaron a subir uno a uno por la rampa de madera tras abonar unas pocas monedas a los dos guardias de cobranzas. Un "Buenas tardes", "Gracias", "Bienvenidos", "Que disfrute", se repetía frecuentemente con cada pasajero que desembolsaba el dinero, y no era distinto con el calvo.
Buenas tardes, disfrute el viaje.
Y subió a una cubierta igual de bella que el exterior del barco. Pisos relucientes, velas que se hacían aún más imponentes, la vista al horizonte desde babor y en la popa, apoyandose sobre el timón y siendo la atracción de las miradas de todo los pasajeros, un rostro serio y barbudo los miraba.
Buenas tardes- otra voz masculina sonó a espaldas del gran grupo de gente amontonada en la cubierta.
Seremos sus guías para este viaje. Mi nombre es Shinsen, y ella es Mae.- se señalo primero a él mismo, luego a la mujer que lo acompañaba. Él de un cabello rubio y muy corto, de ojos negros y rostro limpio y amable. Una camisa blanca, un pantalón negro y unos zapatos azules le daban un aspecto muy simple. Ella pelirroja de ojos verdes con un rostro serio y una cicatriz que le recorría el lado izquierdo del mentón. Llevaba una camiseta de manga larga negra y unos pantalones del mismo color ya corroídos por el tiempo, unas botas largas negras y un sobretodo blanco muy limpio que contrastaba con los tonos oscuros.
Buenas.- Mae agitó la mano en el aire y mostró una sonrisa que parecía forzada.
Si nos acompañan, les mostraremos los camarotes, así cada uno puede dejar sus cosas antes de visitar las instalaciones de la embarcación. Nadie quiere caminar con mucho peso encima, ¿eh?- dio un ademán con el brazo para que lo siguieran, y la muchedumbre caminó ordenadamente tras él. No era que Karamaru llevase mucho encima suyo, pero pudo ver algunas familias que traían unos cuantos bolsos encima suyo.
«Por tan solo unos días...»
¡TODOS A BORDO!- se escuchó una voz gruesa y firme sonar desde estribor, la voz del capitán.
La gente comenzó a amontonarse tras la rampa que los dirigía a la cubierta del barco. Sin embargo, tres hombres corpulentos frenaron el avance y comenzaron a acomodar a la gente en fila. Mujeres, niños, ancianos, hombres, un repertorio variado iba a embarcar al barco y Karamaru podía verlos desde su lugar en los últimos de la fila.
El procedimiento de embarque era sencillo, uno de los tres hombres contó a la gente para que no sobrepasar la capacidad y luego empezaron a subir uno a uno por la rampa de madera tras abonar unas pocas monedas a los dos guardias de cobranzas. Un "Buenas tardes", "Gracias", "Bienvenidos", "Que disfrute", se repetía frecuentemente con cada pasajero que desembolsaba el dinero, y no era distinto con el calvo.
Buenas tardes, disfrute el viaje.
Y subió a una cubierta igual de bella que el exterior del barco. Pisos relucientes, velas que se hacían aún más imponentes, la vista al horizonte desde babor y en la popa, apoyandose sobre el timón y siendo la atracción de las miradas de todo los pasajeros, un rostro serio y barbudo los miraba.
Buenas tardes- otra voz masculina sonó a espaldas del gran grupo de gente amontonada en la cubierta.
Seremos sus guías para este viaje. Mi nombre es Shinsen, y ella es Mae.- se señalo primero a él mismo, luego a la mujer que lo acompañaba. Él de un cabello rubio y muy corto, de ojos negros y rostro limpio y amable. Una camisa blanca, un pantalón negro y unos zapatos azules le daban un aspecto muy simple. Ella pelirroja de ojos verdes con un rostro serio y una cicatriz que le recorría el lado izquierdo del mentón. Llevaba una camiseta de manga larga negra y unos pantalones del mismo color ya corroídos por el tiempo, unas botas largas negras y un sobretodo blanco muy limpio que contrastaba con los tonos oscuros.
Buenas.- Mae agitó la mano en el aire y mostró una sonrisa que parecía forzada.
Si nos acompañan, les mostraremos los camarotes, así cada uno puede dejar sus cosas antes de visitar las instalaciones de la embarcación. Nadie quiere caminar con mucho peso encima, ¿eh?- dio un ademán con el brazo para que lo siguieran, y la muchedumbre caminó ordenadamente tras él. No era que Karamaru llevase mucho encima suyo, pero pudo ver algunas familias que traían unos cuantos bolsos encima suyo.
«Por tan solo unos días...»
"El miedo es el camino al lado oscuro. El miedo lleva a la ira, la ira al odio, el odio al sufrimiento, y el sufrimiento al lado oscuro"
-Maestro Yoda.
◘ Hablo ◘ Pienso ◘
-Maestro Yoda.
◘ Hablo ◘ Pienso ◘