Me voy un momento y perdemos tres kages

[Uzumaki Eri]

— Pero... yo no tengo ni idea de donde están las creperías. Es decir, he ido a unas cuantas pero de eso hace ya mucho mucho mucho tiempo y además estamos lejos de mi casa.

Si aquello era una broma esperaba que alguien saliese de detrás de una farola para decirle ¡Inocente!, o, bueno, ella qué sabía, a lo mejor el perro tenía más inteligencia que el dueño. Pero, de verdad, ¿tan difícil era poder mantener una conversación civilizada con aquel chico?

— ¿Tú no conoces ningún sitio cerca?

—Sí —contestó casi de inmediato —. Se llama heladería, y venden gofres, está una calle girando a la derecha, así que por una vez hazme caso y vamos a la... —«maldita»—. Heladería.

Ya no sabía qué decirle, de verdad, estaba agotando toda la paciencia que llevaba años guardando tan tranquilamente. Parecía como si la hubiera estado reservando para su llegada a la villa, pero es que, en serio, era totalmente desesperante.