17/10/2017, 21:37
— Eri-chan, ¿estás bien? Te noto como... enfadada.
¿Enfadada? Enfadada no era la palabra, era más la exhasperación por no saber qué decir ni qué hacer para acertar con aquel chico perruno. Él había dicho que quería algo dulce y con chocolate, ella le ofrecía llevarle a un lugar donde pudiesen satisfacer aquella necesidad, pero parecía que Nabi no colaborase en aquel asunto.
— ¿Es por qué no me he ofrecido a pagar? Porque es porque no tengo un duro, acabo de volver y no me dejaron ni hacer una triste D antes de irme. Pero cuando haga mi primera misión de invito a un banquete donde tu quieras. Palabrita.
La chica suspiró, estaba siendo demasiado injusta con él. Lo mejor era ir despacio, poco a poco; quizá así terminaría por acostumbrarse a aquel chico nuevamente. Lo conocía de la academia, no podía negar que alguna vez compartieron alguna travesura, como ocultar excremento de perro en alguna bolsa para que alguien lo pisase, sí; pero la verdad es que lo notaba como más ido, más... Ausente que antes.
¿Le había cambiado realmente el viaje que había hecho?
—No te preocupes, Nabi-san —contestó la joven, y se dio cuenta de que, después de todo, sí que algo había cambiado pues antes solo le llamaba Nabi —, estoy bien, quizá un poco cansada; no te preocupes, yo he hecho un par... Bueno, creo que ni eso, pero tengo algo ahorrado, así que invito yo hoy a todo —alegó con una sonrisa de oreja a oreja —. Y, creéme, te llevaré a un sitio donde te van a servir algo realmente delicioso.
Tomó su mano y le arrastró por las calles que estaban paseando, delicadamente, y notó que sus manos estaban mucho más calientes que las suyas, así que decidió dejar la suya ahí hasta lograr llegar a su destino.
Quizá no había terminado de conocer a aquel chico del todo.
¿Enfadada? Enfadada no era la palabra, era más la exhasperación por no saber qué decir ni qué hacer para acertar con aquel chico perruno. Él había dicho que quería algo dulce y con chocolate, ella le ofrecía llevarle a un lugar donde pudiesen satisfacer aquella necesidad, pero parecía que Nabi no colaborase en aquel asunto.
— ¿Es por qué no me he ofrecido a pagar? Porque es porque no tengo un duro, acabo de volver y no me dejaron ni hacer una triste D antes de irme. Pero cuando haga mi primera misión de invito a un banquete donde tu quieras. Palabrita.
La chica suspiró, estaba siendo demasiado injusta con él. Lo mejor era ir despacio, poco a poco; quizá así terminaría por acostumbrarse a aquel chico nuevamente. Lo conocía de la academia, no podía negar que alguna vez compartieron alguna travesura, como ocultar excremento de perro en alguna bolsa para que alguien lo pisase, sí; pero la verdad es que lo notaba como más ido, más... Ausente que antes.
¿Le había cambiado realmente el viaje que había hecho?
—No te preocupes, Nabi-san —contestó la joven, y se dio cuenta de que, después de todo, sí que algo había cambiado pues antes solo le llamaba Nabi —, estoy bien, quizá un poco cansada; no te preocupes, yo he hecho un par... Bueno, creo que ni eso, pero tengo algo ahorrado, así que invito yo hoy a todo —alegó con una sonrisa de oreja a oreja —. Y, creéme, te llevaré a un sitio donde te van a servir algo realmente delicioso.
Tomó su mano y le arrastró por las calles que estaban paseando, delicadamente, y notó que sus manos estaban mucho más calientes que las suyas, así que decidió dejar la suya ahí hasta lograr llegar a su destino.
Quizá no había terminado de conocer a aquel chico del todo.
![[Imagen: ksQJqx9.png]](https://i.imgur.com/ksQJqx9.png)