19/10/2017, 20:30
Lentamente, Datsue bajó sus manos a la vez que la lanza de papel se descomponía. Acto seguido, dejó que sus ojos recobrasen su antigua tonalidad. El breve momento de tensión pareció desvanecerse. Aiko achacó su nerviosismo a recientes pesadillas que sufría. Datsue no pudo empatizar más con ella. A él le ocurría igual o incluso peor. «Seguramente peor. No creo que haya nada en Oonindo que se pueda acercar a lo que Shukaku me está haciendo»
Entonces asintió, cuando Aiko intuyó que la conocía bastante. No es que hubiesen compartido más de tres días juntos, realmente… Pero qué tres días. Especialmente uno de ellos —o la noche, más bien— había sido especialmente intenso. Datsue se sonrojó ligeramente al recordarlo.
Sonrojo que se transformó en una corta carcajada cuando Aiko, ingenua de sí misma, se aventuró a decir que no creía que hubiese ido gritado algo tan importante como su inmortalidad a los cuatro vientos. «Por Amateratsu, realmente tiene amnesia»
—Bueno, a los cuatro quizá no, pero… a tres de ellos al menos. Digamos que… te gustaba alardear de ello —como nada era mejor que un buen ejemplo, Datsue se propuso relatarlo:—. Fíjate, en una ocasión, en el Valle de los Dojos, te atravesaste con una lanza de lado a lado solo porque un aldeano no creía en tu inmortalidad. ¡Tendrías que recordar su cara cuando te vio! —exclamó, sin poder evitar reírse otra vez.
»Oye, ¿por qué no buscamos un sitio donde sentarnos tranquilamente y te pongo al día con lo que pueda?
Entonces asintió, cuando Aiko intuyó que la conocía bastante. No es que hubiesen compartido más de tres días juntos, realmente… Pero qué tres días. Especialmente uno de ellos —o la noche, más bien— había sido especialmente intenso. Datsue se sonrojó ligeramente al recordarlo.
Sonrojo que se transformó en una corta carcajada cuando Aiko, ingenua de sí misma, se aventuró a decir que no creía que hubiese ido gritado algo tan importante como su inmortalidad a los cuatro vientos. «Por Amateratsu, realmente tiene amnesia»
—Bueno, a los cuatro quizá no, pero… a tres de ellos al menos. Digamos que… te gustaba alardear de ello —como nada era mejor que un buen ejemplo, Datsue se propuso relatarlo:—. Fíjate, en una ocasión, en el Valle de los Dojos, te atravesaste con una lanza de lado a lado solo porque un aldeano no creía en tu inmortalidad. ¡Tendrías que recordar su cara cuando te vio! —exclamó, sin poder evitar reírse otra vez.
»Oye, ¿por qué no buscamos un sitio donde sentarnos tranquilamente y te pongo al día con lo que pueda?
¡Agradecimientos a Daruu por el dibujo de PJ y avatar tan OP! ¡Y a Reiji y Ayame por la firmaza! Si queréis una parecida, este es el lugar adecuado