21/10/2017, 20:40
Cuando la joven volvió —sin darse cuenta de que Stuffy la seguía — con sus dos platos con dulces que tanto quería Nabi y que a ella poco a poco le estaba entrando el gusanillo por uno de ellos. Cuando llegó, sin embargo, se lo encontró con la cara sobre la mesa, y ella no pudo evitar fruncir el ceño.
—¿Qué haces así? La mesa estará sucia o algo —alegó mientras se sentaba, sin embargo luego recapacitó y meditó sus palabras —. Bueno, tu ya estarás acostumbrado...
No iba a malas, solo que si llevaba tanto tiempo fuera... Vamos, una ducha no tocaría, vaya.
— ¿Qué tal?
Preguntó cuando puso la chica ambos platos sobre la mesa, se iba a sentar tranquilamente sin esperar que Nabi volviese a levantar la cabeza y a erguirla como una persona normal, fue a alargar la mano cuando...
— ¿Y los cubiertos?
Tomó dos cubiertos de un pequeño cubilete que había al lado de un servilletero y una carta de postres. Sonrió y le tendió un cuchillo y un tenedor a Nabi.
—Si tanto te aburrías, podrías haber mirado un poco a tu alrededor en vez de haberte quedado en la mesa durmiendo —dijo mientras movía un poco la cabeza hacia arriba y hacia abajo.
Tomó dos cubiertos ella también y se dispuso a degustar aquello que tenía en frente.
—¡Qué aproveche!
—¿Qué haces así? La mesa estará sucia o algo —alegó mientras se sentaba, sin embargo luego recapacitó y meditó sus palabras —. Bueno, tu ya estarás acostumbrado...
No iba a malas, solo que si llevaba tanto tiempo fuera... Vamos, una ducha no tocaría, vaya.
— ¿Qué tal?
Preguntó cuando puso la chica ambos platos sobre la mesa, se iba a sentar tranquilamente sin esperar que Nabi volviese a levantar la cabeza y a erguirla como una persona normal, fue a alargar la mano cuando...
— ¿Y los cubiertos?
Tomó dos cubiertos de un pequeño cubilete que había al lado de un servilletero y una carta de postres. Sonrió y le tendió un cuchillo y un tenedor a Nabi.
—Si tanto te aburrías, podrías haber mirado un poco a tu alrededor en vez de haberte quedado en la mesa durmiendo —dijo mientras movía un poco la cabeza hacia arriba y hacia abajo.
Tomó dos cubiertos ella también y se dispuso a degustar aquello que tenía en frente.
—¡Qué aproveche!