22/10/2017, 18:04
(Última modificación: 22/10/2017, 18:06 por Umikiba Kaido.)
Kaido, por lo general, era un tipo bastante diestro para hacer que otros perdiesen los estribos. Incontables fueron las ocasiones en que sus provocaciones obligaron al prójimo a dar el primer swing, lo que le daba total potestad para patearles el culo y declararse en defensa propia. Con Reiji, sin embargo, aquello no estaba funcionando. No, él no parecía querer caer en provocaciones. Quizás, porque su inteligencia le permitía detectar las intenciones del gyojin. Quizás se sabía tan inferior en tantos aspectos que pelear, desde luego; no era una buena opción.
Pero claro, él tenía sus trucos. Y allí, tuvo la oportunidad perfecta para sacarse un pequeño as de bajo la manga.
Una serie de sellos, un poco de sangre deslizándose por sus dedos y puff; una nube de humo cubriendo una pequeñísima área de la plataforma. De la cual emergió, no obstante, un animal alado de color blanquecino y con los ojos tan rojos como la mismísima sangre que había servido para invocarle.
—¿Cómo habías dicho antes? —Dije llevándome una mano a la barbilla pensativo mientras Yuki se posaba sobre mi hombro. —A, sí “En fin, compañero, que lo de invocar es otra liga. Cuando llegues ahí, hablamos sobre combatir, ¿te parece?
—Y... ¿se supone que debo impresionarme porque has invocado a un pajarraco albino que podría hacerlo desaparecer de un sólo mordisco? —dijo, sonriente—. no me jodas, Reiji-kun. ¿Eso es todo lo que tienes?
Pero claro, él tenía sus trucos. Y allí, tuvo la oportunidad perfecta para sacarse un pequeño as de bajo la manga.
Una serie de sellos, un poco de sangre deslizándose por sus dedos y puff; una nube de humo cubriendo una pequeñísima área de la plataforma. De la cual emergió, no obstante, un animal alado de color blanquecino y con los ojos tan rojos como la mismísima sangre que había servido para invocarle.
—¿Cómo habías dicho antes? —Dije llevándome una mano a la barbilla pensativo mientras Yuki se posaba sobre mi hombro. —A, sí “En fin, compañero, que lo de invocar es otra liga. Cuando llegues ahí, hablamos sobre combatir, ¿te parece?
—Y... ¿se supone que debo impresionarme porque has invocado a un pajarraco albino que podría hacerlo desaparecer de un sólo mordisco? —dijo, sonriente—. no me jodas, Reiji-kun. ¿Eso es todo lo que tienes?