22/10/2017, 20:41
—Y... ¿se supone que debo impresionarme porque has invocado a un pajarraco albino que podría hacerlo desaparecer de un sólo mordisco? —dijo, sonriente—. no me jodas, Reiji-kun. ¿Eso es todo lo que tienes?
Como tantas otras veces a lo largo de mi estancia en esa plataforma, el hombre pez intentaba una y otra vez de forma fallida llevarme hacia una pelea que, seguramente, estaba más que perdida. Aunque realmente me apetecía en aquel momento darle una patada en el trasero, no tenía intención alguna de que un pez me pescara.
—Se trata de ninjutsu de alto nivel, si tan buenos sois los de la generación de oro, deberías no solo conocer la técnica, sino también ser capaz de dominarla, así que si eres tan bueno como realmente dices ser, adelante, demuéstralo, haz una invocación.
De cualquier modo, no esperaba que fuera capaz de hacerlo. No hacía falta solo cierto conocimiento del nijutsu, por lo que yo sabía, había que firmar primero en el pergamino. Cualquier shinobi podía hacerlo, claro. Sin embargo yo creía fervientemente que Umikiba Kaido no era capaz de hacerlo. Podía llevarme una sorpresa, claro, entonces no me quedaría más remedio que cerrar la boca. Pero por el momento tenía que apostar a aquella carta.
—No creerás que soy tan idiota como para pelear con un tiburón en mitad del mar ¿verdad? Soy consciente de que en un lugar como este tienes bastante ventaja, y que aquí podrías ganar casi a cualquiera.
Como tantas otras veces a lo largo de mi estancia en esa plataforma, el hombre pez intentaba una y otra vez de forma fallida llevarme hacia una pelea que, seguramente, estaba más que perdida. Aunque realmente me apetecía en aquel momento darle una patada en el trasero, no tenía intención alguna de que un pez me pescara.
—Se trata de ninjutsu de alto nivel, si tan buenos sois los de la generación de oro, deberías no solo conocer la técnica, sino también ser capaz de dominarla, así que si eres tan bueno como realmente dices ser, adelante, demuéstralo, haz una invocación.
De cualquier modo, no esperaba que fuera capaz de hacerlo. No hacía falta solo cierto conocimiento del nijutsu, por lo que yo sabía, había que firmar primero en el pergamino. Cualquier shinobi podía hacerlo, claro. Sin embargo yo creía fervientemente que Umikiba Kaido no era capaz de hacerlo. Podía llevarme una sorpresa, claro, entonces no me quedaría más remedio que cerrar la boca. Pero por el momento tenía que apostar a aquella carta.
—No creerás que soy tan idiota como para pelear con un tiburón en mitad del mar ¿verdad? Soy consciente de que en un lugar como este tienes bastante ventaja, y que aquí podrías ganar casi a cualquiera.
