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Otoño-Invierno de 221

Fecha fijada indefinidamente con la siguiente ambientación: Los ninjas de las Tres Grandes siguen luchando contra el ejército de Kurama allá donde encuentran un bastión sin conquistar. Debido a las recientes provocaciones del Nueve Colas, los shinobi y kunoichi atacan con fiereza en nombre de la victoria. Kurama y sus generales se encuentran acorralados en las Tierras Nevadas del Norte, en el País de la Tormenta. Pero el invierno está cerca e impide que cualquiera de los dos bandos avance, dejando Oonindo en una situación de guerra fría, con pequeñas operaciones aquí y allá. Las villas requieren de financiación tras la pérdida de efectivos en la guerra, y los criminales siguen actuando sobre terreno salpicado por la sangre de aliados y enemigos, por lo que los ninjas también son enviados a misiones de todo tipo por el resto del mundo, especialmente aquellos que no están preparados para enfrentarse a las terribles fuerzas del Kyuubi.
El hombre de los extravagantes bigotes dorados se mantuvo en defensiva zona de duda respecto al tipo de ninja que decía ser aquel muchacho, por más que aquel chico de ojos grises lo certificara. Sin embargo, su recelo se fue desmoronando a medida que veía aquella aura de un color verde cálido envolviendo las manos de Keisuke, recordando las prodigiosas e innegables habilidades de aquel shinobi médico que había conocido hacia tantos años. Observo como las heridas eran curadas y escucho como aquel chico planteaba la situación… Sintiéndose un poco más dispuesto a hablar en el prodigioso lenguaje de la medicina y sintiendo un respeto tosco hacia quien ejercía su misma profesión, explico las cualidades de las circunstancias:

Este es un caso un tanto complicado: Se trata de una hipotermia en las últimas de la fase poiquilotermica. El pulso y el ritmo cardiaco están considerablemente bajos. Lo siguiente es el fallo de los órganos vitales y posteriormente la muerte clínica. Lo único rescatable es que debido a la disminución de la actividad celular causada por la baja temperatura, tardara más tiempo del habitual en producirse una muerte cerebral.

El doctor miro a la muchacha y luego comenzó hurgar en su bolso mientras continuaba:

Es bastante compleja la serie de interacciones entre la reducción del gasto cardiaco, deshidratación, la reducida capacidad del hígado para conjugar y depurar, el descenso del filtrado glomerular, las alteraciones de la filtración-reabsorción en los túbulos renales y la alteración de la constante de disociación… —Hizo una pausa reflexiva y luego continuo—. Esto puede afectar drásticamente el volumen de distribución y el aclaramiento de los fármacos más comunes.

»Sin embargo, sé que se han aplicado con éxito algunos tratamientos alternativos complementarios —De su maletín extrajo algunos pequeño viales de aspecto delicado y misterioso—. Creo en la posibilidad de usar una infusión intravenosa de dextranos de bajo peso molecular, heparina y vasodilatadores.

El del parche hablo tímidamente, mientras el Hakagurē guardaba calmo silencio:

¿Y con eso se salvara?

No lo sé, pero este es el límite de las opciones que tengo para ofrecer —admitió con momentánea severidad hacia sí mismo—. La cuestión es aquello que ha dicho el ninja medico: si hay congelamiento a nivel de los vasos sanguíneos, tomar una vía central se vuelve un peligro proporcionalmente grande. E identificar una vía periférica que no esté oculta por la vasoconstricción y la condición de la dermis… Si tan solo fuera más robusta podríamos conseguir un punto con suficiente masa como para aplicar una inyección vía intramuscular que sea segura.
[Imagen: aab687219fe81b12d60db220de0dd17c.gif]
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RE: La muerte es blanca y tiene los ojos azules - por Hanamura Kazuma - 23/10/2017, 03:16


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