23/10/2017, 16:23
Unos cuantos despachos mas abajo de donde el Morikage usualmente tenía su despacho, Kikasura Taeko se presentaba con una tarjeta de presentación, valga la redundancia. Sus labios permanecieron sellados, y su vista se clavó en un hombre de avanzada edad que se encontraba al otro lado. Su cabellera larga y su barba ya daban señal de su edad, las canas cubrían la mayor parte. Éste mostró una cordial sonrisa, y sin apuro tomó la nota que la chica había dejado sobre la mesa. El hombre, tras examinar la nota, la devolvió a la chica, ya que seguramente la necesitaría en una próxima ocasión.
—Muy bueno días, señorita Taeko. —contestó con suma amabilidad. —No será ninguna molestia asignarle una misión. Tan solo me tomará un momento, disculpa por las molestias.
El hombre se movió con la silla giratoria hacia la parte posterior, donde numerosos archivadores daban cavidad a copias de la mayoría de historiales shinobis. Buscó por su ordenamiento alfabético, y tras un instante, abrió el mismo para comenzar a buscar entre las diferentes carpetas. En apenas un minuto, el hombre encontró lo que buscaba, el expediente de Taeko.
—Aquí esta... —murmuró, para dar comienzo a un rápido vistazo.
Tras tomarse un par de minutos en inspeccionar el documento de arriba a abajo, hizo una anotación en el mismo, y volvió a dejarlo en su lugar. Volvió a girarse, y se acercó de nuevo al frontal del escritorio. Comenzó entonces a buscar entre los pergaminos que tenía arremolinados al costado, hasta que se topó con el número de serie que buscaba.
Tomó el pergamino, y se lo ofreció a la chica, al igual que antes le había entregado la tarjeta. —Aquí tiene, y disculpa por la espera. Suerte con el cumplimiento de la misión.
No demoraría mucho en comenzar a organizar sus asuntos, al hombre le quedaba aún mucho trabajo por delante... la gran cantidad de pergaminos y papeles sobre el escritorio eran muestra de ello.
—Muy bueno días, señorita Taeko. —contestó con suma amabilidad. —No será ninguna molestia asignarle una misión. Tan solo me tomará un momento, disculpa por las molestias.
El hombre se movió con la silla giratoria hacia la parte posterior, donde numerosos archivadores daban cavidad a copias de la mayoría de historiales shinobis. Buscó por su ordenamiento alfabético, y tras un instante, abrió el mismo para comenzar a buscar entre las diferentes carpetas. En apenas un minuto, el hombre encontró lo que buscaba, el expediente de Taeko.
—Aquí esta... —murmuró, para dar comienzo a un rápido vistazo.
Tras tomarse un par de minutos en inspeccionar el documento de arriba a abajo, hizo una anotación en el mismo, y volvió a dejarlo en su lugar. Volvió a girarse, y se acercó de nuevo al frontal del escritorio. Comenzó entonces a buscar entre los pergaminos que tenía arremolinados al costado, hasta que se topó con el número de serie que buscaba.
Tomó el pergamino, y se lo ofreció a la chica, al igual que antes le había entregado la tarjeta. —Aquí tiene, y disculpa por la espera. Suerte con el cumplimiento de la misión.
No demoraría mucho en comenzar a organizar sus asuntos, al hombre le quedaba aún mucho trabajo por delante... la gran cantidad de pergaminos y papeles sobre el escritorio eran muestra de ello.