23/10/2017, 17:34
El Uchiha recibió a Keisuke con las piernas extendidas y cruzadas bajo la mesa, la espalda recostada en su silla y una taza de té humeante entre las manos. Sus ojos negros recorrieron la figura del amejin de arriba a abajo, como queriendo verificar si cumplía con lo que se esperaba de él. No es que el Inoue le cayese mal; Akame tendía a ser extremadamente exigente consigo mismo, y no podía evitar que a veces esa misma exigencia permease su ser y salpicara a quienes estaban a su alrededor.
—Buenos días Inoue-san. Llegas tarde, en efecto —articuló para luego dar un sorbo al té, reprendiendo a su improvisado compañero de la forma más suave y diplomática que fue capaz.
Estaba Keisuke terminando su desayuno cuando una figura extraña ingresó en la taberna. Era menuda y delgada, nada que ver con los estibadores y demás individuos que solían ir a desayunar a aquel hostal. Akame rápidamente capturó la mirada del chico, y no tardó ni un instante en reconocerlo. Sus labios se curvaron en una sonrisa de interés; recordaba a Eikyu Juro. Era un kusajin bastante educado e inteligente, junto al cual el propio Uchiha había presenciado una escena de lo más intrigante.
Juro se acercó a la mesa donde estaban y les saludó con su habitual simpatía. Luego aseguró que también había sido citado allí y que conocía todos los detalles del trabajo; «vaya, así que Sensei tenía algunos candidatos más en la reserva por si nosotros nos rajábamos... Un tipo previsor, sin duda».
—Lo mismo digo, Eikyu-san —respondió el Uchiha—. Y gracias. Aunque preferiría no mencionar ese tipo de cosas durante este... Encargo.
El Uchiha terminó su té y luego esperó a que Keisuke hiciera lo propio con el desayuno. Finalmente, cuando ya la mesa estuvo despejada, el gennin sacó la foto del profesor Muten y luego le extendió la cámara fotográfica al de Ame.
—Inoue-san, creo que tú tendrás más experiencia con esto —aludió—. Bien, todos sabemos lo que debemos hacer... ¿Alguna sugerencia de cómo empezar?
—Buenos días Inoue-san. Llegas tarde, en efecto —articuló para luego dar un sorbo al té, reprendiendo a su improvisado compañero de la forma más suave y diplomática que fue capaz.
Estaba Keisuke terminando su desayuno cuando una figura extraña ingresó en la taberna. Era menuda y delgada, nada que ver con los estibadores y demás individuos que solían ir a desayunar a aquel hostal. Akame rápidamente capturó la mirada del chico, y no tardó ni un instante en reconocerlo. Sus labios se curvaron en una sonrisa de interés; recordaba a Eikyu Juro. Era un kusajin bastante educado e inteligente, junto al cual el propio Uchiha había presenciado una escena de lo más intrigante.
Juro se acercó a la mesa donde estaban y les saludó con su habitual simpatía. Luego aseguró que también había sido citado allí y que conocía todos los detalles del trabajo; «vaya, así que Sensei tenía algunos candidatos más en la reserva por si nosotros nos rajábamos... Un tipo previsor, sin duda».
—Lo mismo digo, Eikyu-san —respondió el Uchiha—. Y gracias. Aunque preferiría no mencionar ese tipo de cosas durante este... Encargo.
El Uchiha terminó su té y luego esperó a que Keisuke hiciera lo propio con el desayuno. Finalmente, cuando ya la mesa estuvo despejada, el gennin sacó la foto del profesor Muten y luego le extendió la cámara fotográfica al de Ame.
—Inoue-san, creo que tú tendrás más experiencia con esto —aludió—. Bien, todos sabemos lo que debemos hacer... ¿Alguna sugerencia de cómo empezar?