23/10/2017, 22:14
Aiko insinuó que el Uchiha no sería rival para ella, cosa que no hizo más que acrecentar sus ganas de enfrentarse a ella. Los retos intelectuales —al contrario que los físicos— le estimulaban. Él era como ese especialista en Taijutsu que se deleitaba ejercitando su cuerpo, levantando pesas y machacando rocas. Solo que su gusto era por lo intelectual. En vez del cuerpo, ejercitaba la mente. En vez estimularle las pesas y machacar rocas, lo hacían los acertijos, los obstáculos que se interponían entre él y la solución a un problema racional.
Bien era cierto que el Go no era su juego favorito. Demasiado complejo, demasiadas jugadas y combinaciones a tener en cuenta. No es que aquello fuese malo de por sí, pero era un tipo de juego que premiaba más la concentración absoluta al ingenio. A menudo triunfaba el jugador que menos se despistaba, y no el más astuto. En juegos sencillos como las damas, por ejemplo, ocurría al contrario. Era más difícil despistarse, y por tanto, se premiaba a la mente aguda por encima de la que simplemente era capaz de almacenar un montón de información.
—Eso ya lo descubriremos, Aiko —respondió finalmente—. Y sí, creo que se me ocurre la apuesta perfecta…
No especificó, sin embargo, a qué se refería. En su lugar, fue a por su pedido a la barra. Un zumo de naranja para ella, y una jarra de agua fría para él. No sin antes aguantar un buen chaparrón de críticas por culpa de su acompañante, que el Uchiha capeó como un Kusareño en un vendaval. Es decir, malamente.
—A ver, por dónde empiezo… —dijo, al sentarse—. Bueno, supongo que por el principio. Nos conocimos en Yamiria, como te dije. Allí conociste también a Akame el Profesional, mi hermano de guerra, uzureño como yo. Acudimos al Salón de Té Honimusha, donde un famoso artista llamado Rokuro Hei tocó una canción digna de ser oída por los Dioses. El destino quiso que nos sentásemos juntos, y también que presenciásemos… Bueno, cierto asesinato.
Entonces Datsue empezó a detallarle todo. El asesinato de aquel con el que habían compartido mesa. Cómo luego se levantaría, ya muerto, como si de un zombie se tratase. Cómo habían dormido en una posada, para luego desplazarse al funeral para investigar sobre el tema. Cómo el muerto se había levantado por segunda vez, mientras Rokuro Hei tocaba una canción en su honor. Cómo lo habían secuestrado. Cómo él había sido el primero en ir, junto a ella, en su rescate. Quizá aquello no fuese del todo cierto. Pero ya que la chica se había olvidado de todo… ¿Por qué no quitar mierda a las peores partes y adornar las mejores?
Terminó por contarle el desenlace de aquello. Cómo habían descubierto que era el instrumento de Rokuro Hei el que provocaba que los muertos se levantasen. Cómo Akame había ido en busca de guardias —aunque en realidad eso había sido él— mientras ellos dos trataban de detener a los secuestradores. Y cómo, finalmente, un mercenario les machacó, de suerte que los guardias llegaron a tiempo.
Resopló.
—Después tuvimos otro encuentro en el Valle de los Dojos —continuó—. Estuvimos dando un paseo bajo el ocaso, bromeando sobre la vida, riéndonos del mundo. Llegado cierto momento quisiste que te hiciese cierto truco de magia del que había estado fanfarroneando, y luego… —sin poder evitarlo, se puso colorado—. Bueno, luego… —Carraspeó, y dio un largo trago de agua.
Bien era cierto que el Go no era su juego favorito. Demasiado complejo, demasiadas jugadas y combinaciones a tener en cuenta. No es que aquello fuese malo de por sí, pero era un tipo de juego que premiaba más la concentración absoluta al ingenio. A menudo triunfaba el jugador que menos se despistaba, y no el más astuto. En juegos sencillos como las damas, por ejemplo, ocurría al contrario. Era más difícil despistarse, y por tanto, se premiaba a la mente aguda por encima de la que simplemente era capaz de almacenar un montón de información.
—Eso ya lo descubriremos, Aiko —respondió finalmente—. Y sí, creo que se me ocurre la apuesta perfecta…
No especificó, sin embargo, a qué se refería. En su lugar, fue a por su pedido a la barra. Un zumo de naranja para ella, y una jarra de agua fría para él. No sin antes aguantar un buen chaparrón de críticas por culpa de su acompañante, que el Uchiha capeó como un Kusareño en un vendaval. Es decir, malamente.
—A ver, por dónde empiezo… —dijo, al sentarse—. Bueno, supongo que por el principio. Nos conocimos en Yamiria, como te dije. Allí conociste también a Akame el Profesional, mi hermano de guerra, uzureño como yo. Acudimos al Salón de Té Honimusha, donde un famoso artista llamado Rokuro Hei tocó una canción digna de ser oída por los Dioses. El destino quiso que nos sentásemos juntos, y también que presenciásemos… Bueno, cierto asesinato.
Entonces Datsue empezó a detallarle todo. El asesinato de aquel con el que habían compartido mesa. Cómo luego se levantaría, ya muerto, como si de un zombie se tratase. Cómo habían dormido en una posada, para luego desplazarse al funeral para investigar sobre el tema. Cómo el muerto se había levantado por segunda vez, mientras Rokuro Hei tocaba una canción en su honor. Cómo lo habían secuestrado. Cómo él había sido el primero en ir, junto a ella, en su rescate. Quizá aquello no fuese del todo cierto. Pero ya que la chica se había olvidado de todo… ¿Por qué no quitar mierda a las peores partes y adornar las mejores?
Terminó por contarle el desenlace de aquello. Cómo habían descubierto que era el instrumento de Rokuro Hei el que provocaba que los muertos se levantasen. Cómo Akame había ido en busca de guardias —aunque en realidad eso había sido él— mientras ellos dos trataban de detener a los secuestradores. Y cómo, finalmente, un mercenario les machacó, de suerte que los guardias llegaron a tiempo.
Resopló.
—Después tuvimos otro encuentro en el Valle de los Dojos —continuó—. Estuvimos dando un paseo bajo el ocaso, bromeando sobre la vida, riéndonos del mundo. Llegado cierto momento quisiste que te hiciese cierto truco de magia del que había estado fanfarroneando, y luego… —sin poder evitarlo, se puso colorado—. Bueno, luego… —Carraspeó, y dio un largo trago de agua.
¡Agradecimientos a Daruu por el dibujo de PJ y avatar tan OP! ¡Y a Reiji y Ayame por la firmaza! Si queréis una parecida, este es el lugar adecuado