24/10/2017, 20:29
Koko no tuvo en cuenta que aquellos caballos, a pesar de parecer ya algo viejos, preservaban la energía de un potro joven. Debido a este pequeño desliz suyo, la chica se vio obligada a aligerar el paso durante todo el resto del trayecto. «Carajo »pensó al iniciar el trote, pero a lo largo del trayecto se vio imposibilitada a pensar en nada más que en mantener el paso.
Luego de unas horas el carromato frenó, lo que significaba que habían llegado a alguna parte y así lo indicó el cliente al decir que terminaron por el resto del día.
Llegaron a unos establos donde los caballos pasarían la noche y… El suelo se tornó bastante provocativo para la pecosa que ya ni sentía los pies y que tenía las piernas completamente entumecidas.
Estaba muy agitada, los ojos entrecerrados y estaba también bastante despeinada y sudada. Con todo eso estaba claro que el trayecto había sido bastante complicado para ella, pero por lo menos nadie se acercó a la mercancía de Shin Fu…
Curiosamente, quien les atendió parecía ser un amigo del barbudo, afirmó que les daría alojamiento tanto a ellos como a los caballos y les permitió pasar, tomar asiento en alguna parte que pronto averiguarían.
Obviamente, por lo cansada que estaba Koko, Riko se logró adelantar. Pero aún estaba muy agotada como para seguir, ni siquiera había logrado recuperar el aliento así que simplemente se sentó a un lado de la puerta, usando la pared como respaldo mientras intentaba recuperarse. «Necesito un baño »
Luego de unas horas el carromato frenó, lo que significaba que habían llegado a alguna parte y así lo indicó el cliente al decir que terminaron por el resto del día.
Llegaron a unos establos donde los caballos pasarían la noche y… El suelo se tornó bastante provocativo para la pecosa que ya ni sentía los pies y que tenía las piernas completamente entumecidas.
Estaba muy agitada, los ojos entrecerrados y estaba también bastante despeinada y sudada. Con todo eso estaba claro que el trayecto había sido bastante complicado para ella, pero por lo menos nadie se acercó a la mercancía de Shin Fu…
Curiosamente, quien les atendió parecía ser un amigo del barbudo, afirmó que les daría alojamiento tanto a ellos como a los caballos y les permitió pasar, tomar asiento en alguna parte que pronto averiguarían.
Obviamente, por lo cansada que estaba Koko, Riko se logró adelantar. Pero aún estaba muy agotada como para seguir, ni siquiera había logrado recuperar el aliento así que simplemente se sentó a un lado de la puerta, usando la pared como respaldo mientras intentaba recuperarse. «Necesito un baño »