26/10/2017, 10:53
El muchacho-cuervo instó al cuervo hembra a que dejara de contarles su vida y le pidió el favor de hacerle de intérprete para el cuervo, ya que, según aseguraba él, no podía hablar dos idiomas al mismo tiempo. La situación era bastante surrealista ya si teníamos en cuenta que aquél shinobi podía comunicarse con los cuervos, suficiente como para que encima se pusiera a hablar a la vez.
«Hombre, igual con un Bunshin...», se sorprendió pensando Daruu.
Cuando Reiji insistió en que se calmaran, tanto Daruu como el cuervo se cruzaron de brazos, infantiles. Bueno, el cuervo se cruzó de alas, ya me entendéis. El muchacho les invitó a comer pizza y comentar el tema con más calma.
—¿En qué pizzería van a dejar entrar cuervos? —protestó Daruu. Luego se fijó de nuevo en el cuervo que Reiji tenía al hombro y dijo—: Bueno, vale, seguro que tú conoces alguna, visto lo visto.
Se encogió de hombros. Pensó: «quizás después de encontrarme con aquél abominable hombre de las nieves en el Valle de los Dojos debí haber supuesto que podía existir alguien que hablase con los cuervos.» Pensó también: «pero entre todos, me van a volver loco, joder. ¡Loco!»
—Amedama Daruu. —Daruu se acercó a Reiji y extendió la mano para dársela—. ¿Pero por qué tengo que ayudar a este tío a encontrar al que le ha robado las cosas? Si ya ha quedado aclarado que no soy yo, joder —susurró, para que el cuervo no oyera. Detrás, subido todavía a la papelera, el cuervo observaba con los ojos entrecerrados, receloso.
«Hombre, igual con un Bunshin...», se sorprendió pensando Daruu.
Cuando Reiji insistió en que se calmaran, tanto Daruu como el cuervo se cruzaron de brazos, infantiles. Bueno, el cuervo se cruzó de alas, ya me entendéis. El muchacho les invitó a comer pizza y comentar el tema con más calma.
—¿En qué pizzería van a dejar entrar cuervos? —protestó Daruu. Luego se fijó de nuevo en el cuervo que Reiji tenía al hombro y dijo—: Bueno, vale, seguro que tú conoces alguna, visto lo visto.
Se encogió de hombros. Pensó: «quizás después de encontrarme con aquél abominable hombre de las nieves en el Valle de los Dojos debí haber supuesto que podía existir alguien que hablase con los cuervos.» Pensó también: «pero entre todos, me van a volver loco, joder. ¡Loco!»
—Amedama Daruu. —Daruu se acercó a Reiji y extendió la mano para dársela—. ¿Pero por qué tengo que ayudar a este tío a encontrar al que le ha robado las cosas? Si ya ha quedado aclarado que no soy yo, joder —susurró, para que el cuervo no oyera. Detrás, subido todavía a la papelera, el cuervo observaba con los ojos entrecerrados, receloso.
![[Imagen: K02XwLh.png]](https://i.imgur.com/K02XwLh.png)