27/10/2017, 00:11
Bastó con mencionar que debíamos comenzar ya para que todos entendiéramos que empezaría el momento de la verdad, con ayuda del jorobado y Koutetsu acomodamos a la chica a la cercanía de la chimenea, en cuestión de segundos la chica tenía parte de su cuerpo descubierto y el peliblanco avivaba las llamas. El calor se acrecentó, no sabía sí era por la cercanía a las flamas, por el soplador o por ambas, lo que sí era cierto es que el tuerto comentó sus grandes habilidades para mantener la temperatura adecuada, por lo que confié en sus palabras y me dediqué a lo que debía.
Tomé el estetoscopia con mi derecha y luego miré a los ojos del único shinobi del lugar. —Busca su pulso braquial, sí lo sientes buscas el radial, una vez el tratamiento haya empezado la sangre debería ir llegando lentamente a todos los tejidos y es importante saber sí surge algún tipo de efecto y cómo.— Ordené.
Coloqué ambas olivas en mis oídos y la campana la puse justo en el segundo espacio intercostal a la izquierda del esternón, lugar en donde debería escuchar los ruidos respiratorios y cardíacos. —Estoy listo.— Aseguré mientras miraba como el veterinario vaciaba lentamente el contenido líquido en el torrente sanguíneo; con una mano sujetaba la campana y con la otra mantenía un flujo de chakra suficiente por si debía iniciar rápidamente el uso de la técnica. —Hasta los momentos todo está en orden.— Dije con calma mientras seguía escuchando y viendo las acciones del bigotudo.
Tomé el estetoscopia con mi derecha y luego miré a los ojos del único shinobi del lugar. —Busca su pulso braquial, sí lo sientes buscas el radial, una vez el tratamiento haya empezado la sangre debería ir llegando lentamente a todos los tejidos y es importante saber sí surge algún tipo de efecto y cómo.— Ordené.
Coloqué ambas olivas en mis oídos y la campana la puse justo en el segundo espacio intercostal a la izquierda del esternón, lugar en donde debería escuchar los ruidos respiratorios y cardíacos. —Estoy listo.— Aseguré mientras miraba como el veterinario vaciaba lentamente el contenido líquido en el torrente sanguíneo; con una mano sujetaba la campana y con la otra mantenía un flujo de chakra suficiente por si debía iniciar rápidamente el uso de la técnica. —Hasta los momentos todo está en orden.— Dije con calma mientras seguía escuchando y viendo las acciones del bigotudo.