28/10/2017, 19:21
Salimos del local y Eri se quedó parada unos segundos como sopesando qué era la vida y su significado, finalmente lo descubrió porque empezó a andar como si tal cosa. Me puse a su lado y empezamos a movernos hacia la playa.
—A veces he pensado en construir una balsa e intentar llegar a las Islas del Té sin necesidad de pagar un barco. Creo que juntarme con Datsue me ha dejado mella...
— Datsue tiene ese efecto en la gente, la vuelve loca. Yo era un chico normal hasta que empecé a juntarme con él, de hecho, era un estudiante modelo. Hablando de balsas, él me dijo de construir una con dos leños, ¡con dos leños! Con eso no llegas ni a la vuelta de la esquina. Menos mal que al final lo aparcamos.
Stuffy pasó por delante nuestro, sobreexcitado por su vuelta al mundo de los despiertos. No le di mayor importancia hasta que se pasó de lejos y se separó tanto que fue por el camino equivocado, le di una patada a una piedra de tamaño milimetrico y esta voló hasta rebotar en su cabeza. Cosa que le hizo girarse como si fuera una forma normal de llamarle, le señalé el camino correcto con la mano y corrigió su dirección.
— Bueno, cuentame qué tal tu primera misión. ¿Cómo te fue? ¿Cuantos baños limpiaste?
—A veces he pensado en construir una balsa e intentar llegar a las Islas del Té sin necesidad de pagar un barco. Creo que juntarme con Datsue me ha dejado mella...
— Datsue tiene ese efecto en la gente, la vuelve loca. Yo era un chico normal hasta que empecé a juntarme con él, de hecho, era un estudiante modelo. Hablando de balsas, él me dijo de construir una con dos leños, ¡con dos leños! Con eso no llegas ni a la vuelta de la esquina. Menos mal que al final lo aparcamos.
Stuffy pasó por delante nuestro, sobreexcitado por su vuelta al mundo de los despiertos. No le di mayor importancia hasta que se pasó de lejos y se separó tanto que fue por el camino equivocado, le di una patada a una piedra de tamaño milimetrico y esta voló hasta rebotar en su cabeza. Cosa que le hizo girarse como si fuera una forma normal de llamarle, le señalé el camino correcto con la mano y corrigió su dirección.
— Bueno, cuentame qué tal tu primera misión. ¿Cómo te fue? ¿Cuantos baños limpiaste?
—Nabi—