28/10/2017, 19:36
La joven fue cambiando de semblante, primero estaba totalmente enfurecida, capaz de acabar con la relación que tenían tanto dueño como mascota, hasta que se fue relajando y después... Carcajadas. No podía parar de reír ante la imagen de un Nabi durmiendo a pierna suelta y su perro levantando la pata para orinarle encima.
Tuvo que dejar al can otra vez en el suelo para poder sujetarse el estómago por las risas. Era demasiado para ella, ¿cómo era posible que fueran juntos a todas partes si se hacían perrerías todo el rato? Nunca mejor dicho —o pensado— sin lugar a dudas.
—Es lo que hay —dijo aún entre risas, luego miró a Stuffy intentando serenarse —. No está bien orinarse encima de otros —más que una regañina, parecía que le estaba alentando a hacerlo por cómo lo acababa de decir, sin poder dejar de sonreír ni por un momento.
—Pero no me cambies de tema que te estaba preguntando sobre tu misión. ¿Qué pasa? ¿Te da vergüenza?
La risa se cortó en un instante y luego miró al shinobi con los ojos entrecerrados, claramente ofendida.
—Para tu información, mi primera misión oficial fue una misión muy digna —alegó, profundamente orgullosa de sí misma —. Tuve que rescatar a un pájaro herido a las afueras de la villa, ¡su dueño estaba tremendamente agradecido por mi acción!
Tuvo que dejar al can otra vez en el suelo para poder sujetarse el estómago por las risas. Era demasiado para ella, ¿cómo era posible que fueran juntos a todas partes si se hacían perrerías todo el rato? Nunca mejor dicho —o pensado— sin lugar a dudas.
—Es lo que hay —dijo aún entre risas, luego miró a Stuffy intentando serenarse —. No está bien orinarse encima de otros —más que una regañina, parecía que le estaba alentando a hacerlo por cómo lo acababa de decir, sin poder dejar de sonreír ni por un momento.
—Pero no me cambies de tema que te estaba preguntando sobre tu misión. ¿Qué pasa? ¿Te da vergüenza?
La risa se cortó en un instante y luego miró al shinobi con los ojos entrecerrados, claramente ofendida.
—Para tu información, mi primera misión oficial fue una misión muy digna —alegó, profundamente orgullosa de sí misma —. Tuve que rescatar a un pájaro herido a las afueras de la villa, ¡su dueño estaba tremendamente agradecido por mi acción!