¿Qué te he dicho de meterte mierda en el cuerpo?

[Uchiha Datsue]

—Bah. —Datsue hizo un ademán, como dándose por vencido—. Me recuerdas a Akame. No, él era incluso peor, porque ni creía en el amor.

Y si aún así Akame había caído… Nabi lo haría también. El problema era que Datsue no tenía poder de convicción en aquella materia. No la suficiente, al menos. No la que una mujer podía tener…

Los shinobis siguieron descendiendo por las escaleras, y Datsue dejó que Nabi encabezase la marcha para, poco a poco, colocarse disimuladamente a sus espaldas. Entonces, cuando llegaron al portal, antes de salir, una mano se colocó en el hombro del Inuzuka. Una mano muy…

…femenina.

—Pero, ¿cómo sabes que degustar salsas no te resultará preciado ni valioso, sin antes haberlas probado primero? —preguntó, continuando con la metáfora del chico. Sin embargo, aquella voz tampoco correspondía a la de Datsue, sino a la de una mujer.

Y es que el Uchiha había realizado el Henge no Jutsu, también conocido, entre los expertos, como el Sexy no Jutsu. Un arma sorprendentemente letal. Un arma con forma de chica, rubia, ojos azules y rostro angelical. Estaba desnuda, dejando a la vista sus peligrosas curvas, sin dejar nada a la imaginación. Se mordió el labio inferior, y tiró con la mano del mentón de Nabi para que la mirase.

—Eh, Nabi-kun, ¿cómo puedes saberlo? —preguntó, con voz afligida y triste, como si la inexperiencia de Nabi le resultase una tragedia enorme.