29/10/2017, 19:10
La muchacha escucho a Keisuke con honesta incredulidad, sin intenciones de bajar su arma ni siquiera un tanto. Para ella resultaba obvio que aquello extraños le habían puesto bajo algún maleficio y le habían secuestrado con oscuras intenciones.
—Extraño, mentir, palabras inentendibles, mala intención —vocalizo forzosamente—. Yo, entrenar, cansada, caer y dormir.
—Espera, deberías de calmarte un poco… —alcanzo a decir el Hakagurē—. Te encontramos tirada en la nieve y supusimos que estabas muerta.
—Ignorancia, mi gente, no morir por frio, todos saber.
—Pues de las tierras que yo vengo, la gente normal moriría con tanto frio. Al igual que la gente normal llevaría consigo a alguien que yazca abandonado en las nieves.
La expresión de la muchacha comenzaba a suavizarse, como si la calma del muchacho peliblanco le transmitiera cierta confianza. Pero el ver al sujeto tuerto sosteniendo aquel enorme machete provoco que invocara otra cuchilla de hielo en su mano libre. El doctor le dio un coscorrón a su compañero, y este soltó el arma a regañadientes, alzando las manos en señal de indefensión.
La muchacha parecía no querer dar el brazo a torcer, pues aun tenía sujetado firmemente al genin de Amegakure. Pero de pronto sus fuerzas le fallaron y sintió una oleada de mareos azotándola. Puede que fuese por el efecto de las medicinas, pero se le veía un tanto débil y febril. La chica se tambaleo hacia atrás y cayo sentada, mostrando evidentes signos de nauseas, mientras el hielo de sus armas se deshacía.
El de ojos grises se acercó a Inoue y le ayudo a levantarse.
—Oye… Puede que sea mi imaginación, ¿pero esa chica estaba usando chakra? —le pregunto al ninja médico.
—Bajo piel, mucho calor —mascullo la muchacha mientras se recostaba en un rincón.
—Extraño, mentir, palabras inentendibles, mala intención —vocalizo forzosamente—. Yo, entrenar, cansada, caer y dormir.
—Espera, deberías de calmarte un poco… —alcanzo a decir el Hakagurē—. Te encontramos tirada en la nieve y supusimos que estabas muerta.
—Ignorancia, mi gente, no morir por frio, todos saber.
—Pues de las tierras que yo vengo, la gente normal moriría con tanto frio. Al igual que la gente normal llevaría consigo a alguien que yazca abandonado en las nieves.
La expresión de la muchacha comenzaba a suavizarse, como si la calma del muchacho peliblanco le transmitiera cierta confianza. Pero el ver al sujeto tuerto sosteniendo aquel enorme machete provoco que invocara otra cuchilla de hielo en su mano libre. El doctor le dio un coscorrón a su compañero, y este soltó el arma a regañadientes, alzando las manos en señal de indefensión.
La muchacha parecía no querer dar el brazo a torcer, pues aun tenía sujetado firmemente al genin de Amegakure. Pero de pronto sus fuerzas le fallaron y sintió una oleada de mareos azotándola. Puede que fuese por el efecto de las medicinas, pero se le veía un tanto débil y febril. La chica se tambaleo hacia atrás y cayo sentada, mostrando evidentes signos de nauseas, mientras el hielo de sus armas se deshacía.
El de ojos grises se acercó a Inoue y le ayudo a levantarse.
—Oye… Puede que sea mi imaginación, ¿pero esa chica estaba usando chakra? —le pregunto al ninja médico.
—Bajo piel, mucho calor —mascullo la muchacha mientras se recostaba en un rincón.