29/10/2017, 19:56
Nada más entrar al lugar, una persona rapada se le cruzó, sin hacerle el menor caso, saliendo del local, con la mirada del peliblanco clavada en la nuca, pero, rápidamente, y tras encogerse de hombros volvió a iniciar su camino hacia la mesa de madera, con los platos y cubiertos ya colocados, sentándose en uno de los sitios en lo que estaban situados los utensilios.
— Usted debe de ser el guarda.
Riko asintió, con una pequeña sonrisa y le extrañó que no mencionara a su compañera, por lo que la buscó con la mirada, dándose cuenta de que la había dejado atrás en un momento en el que se había despistado.
— Qué fuertote estás. Ahora te pongo algo de comer antes de que esto se llene, que tienes que tener hambre.
El peliblanco le dedicó una mirada amable, asintiendo nuevamente a la mujer.
— Muchas gracias, la verdad que sí, tengo bastante hambre. — Admitió el joven a la par que su tripa rugía ante la promesa de comida.
«¿Dónde se habrá metido Koko? Espero que no tarde mucho...»
— Usted debe de ser el guarda.
Riko asintió, con una pequeña sonrisa y le extrañó que no mencionara a su compañera, por lo que la buscó con la mirada, dándose cuenta de que la había dejado atrás en un momento en el que se había despistado.
— Qué fuertote estás. Ahora te pongo algo de comer antes de que esto se llene, que tienes que tener hambre.
El peliblanco le dedicó una mirada amable, asintiendo nuevamente a la mujer.
— Muchas gracias, la verdad que sí, tengo bastante hambre. — Admitió el joven a la par que su tripa rugía ante la promesa de comida.
«¿Dónde se habrá metido Koko? Espero que no tarde mucho...»
~ Narro ~ Hablo ~ «Pienso»