30/10/2017, 00:00
—Claro, ¡haz una invocación! como si tú y yo no supiéramos ese pequeño detalle necesario para poder ejecutar un Kuchiyose sin que la técnica por sí sola, no resulte ser una habilidad inútil, al menos hasta que tengas algo a lo qué invocar. Como ese cuervo tuyo, por ejemplo.
Al menos el hombre pez no era solo musculo. Parecía que tenía algo de cabeza y algo de conocimiento. Tal vez cualquier otro idiota podía haber intentado invocar algo, quedando en ridículo, pero él… cada vez me resultaba más interesante. Aun así, tampoco me apetecía seguir tentando a mi suerte, tal vez ya había gastado demasiada.
—No, si idiota no eres, precisamente. O hace un buen rato ya habrías intentado romperme los dientes. Tengo que darte puntos por no caer en la tentación que me permitiera darte una paliza alegando algo tan factible como la defensa propia. Usualmente, me suele funcionar; pero tú...
—Pero yo no tengo ningunas ganas de pelear en desventaja, no numérica, claro, pero ni yo ni los cuervos respiramos bajo el agua. —Terminé la frase por él. Solo porque sentí que tenía que hacerlo. —Tú tienes pinta de poder hacerlo, aunque también puede que no, pero en lo personal, no me gusta jugármela, prefiero analizar primero las cosas, sin precipitarme. Estoy casi seguro que, incluso un jonin, estaría en problemas peleando contigo en el mar.
—Así que cuervos, ¿eh? ¿Es tu única especialidad, o perteneces a algún clan? dime: ¿qué más sabe hacer el sabelotodo de Karasukage Reiji?
—Me reservo mis trucos por si algún día nos vemos obligados a patearnos el trasero mutuamente.
Al menos el hombre pez no era solo musculo. Parecía que tenía algo de cabeza y algo de conocimiento. Tal vez cualquier otro idiota podía haber intentado invocar algo, quedando en ridículo, pero él… cada vez me resultaba más interesante. Aun así, tampoco me apetecía seguir tentando a mi suerte, tal vez ya había gastado demasiada.
—No, si idiota no eres, precisamente. O hace un buen rato ya habrías intentado romperme los dientes. Tengo que darte puntos por no caer en la tentación que me permitiera darte una paliza alegando algo tan factible como la defensa propia. Usualmente, me suele funcionar; pero tú...
—Pero yo no tengo ningunas ganas de pelear en desventaja, no numérica, claro, pero ni yo ni los cuervos respiramos bajo el agua. —Terminé la frase por él. Solo porque sentí que tenía que hacerlo. —Tú tienes pinta de poder hacerlo, aunque también puede que no, pero en lo personal, no me gusta jugármela, prefiero analizar primero las cosas, sin precipitarme. Estoy casi seguro que, incluso un jonin, estaría en problemas peleando contigo en el mar.
—Así que cuervos, ¿eh? ¿Es tu única especialidad, o perteneces a algún clan? dime: ¿qué más sabe hacer el sabelotodo de Karasukage Reiji?
—Me reservo mis trucos por si algún día nos vemos obligados a patearnos el trasero mutuamente.
