30/10/2017, 14:29
—¿Alguien en esta ciudad... haciéndose pasar por mí? —Daruu pensó en la probabilidad de aquello que el chico-cuervo le decía, o más bien en su improbabilidad. Él no le había hecho nada a nadie. Solía meterse en sus asuntos y no solía fisgar en los de los demás. Y eso que, gracias al Byakugan, fisgar era más fácil para él que para cualquier otro ser humano que no tuviera el mismo dōjutsu.
Se cruzó de brazos y terminó asintiendo.
Reiji ofreció su hombro al cuervo de la papelera, pero en su lugar, el animar graznó indignado y se posó sobre el hombro de Daruu. Se quedó mirándole fijamente.
—¡Bwwaaaark! —(Contigo)—. ¡Ba-bawrk bawrk ba-bawrk. —(Si te escapas sacaré el ojo, hijoputa).
Supongo que Reiji prefirió, en ese caso, no traducirle lo que el cuervo le decía a Daruu.
En Ryūō Pizza estaban curtidos en extrañezas. No debía ser de otro modo, si el camarero no se inmutaba ni un ápice ahora mismo, cuando dos jóvenes con sendos cuervos sobre los hombros pretendían pedir pizza... para los cuatro.
No debía ser de otro modo, cuando el mismo camarero tenía que tolerar una extravagancia aún mayor: que le pidieran una pizza barbacoa sin salsa barbacoa.
Se dirigió hacia Daruu y su amigo enemigo emplumado.
—Nosotros una pizza barbacoa con la salsa barbacoa que les quites a ellos, y para beber un cuenco con agua y una Ame-cola.
—¡B-bwaarrrrk!
—¡Ay, mi oreja! Vale. ¿Una carbonara?
—Bwark.
—¿La margarita?
—Bwark.
—¿La de york y queso?
El cuervo dio un saltito.
—Bien. Pues esa, y... ¡AY! ¡QUÉ PASA AHORA!
—¡Ba-bawkr!
—Vaaale. Una pizza de york y queso, una Ame-cola y un cuenco con Ame-cola, por favor.
Se cruzó de brazos y terminó asintiendo.
Reiji ofreció su hombro al cuervo de la papelera, pero en su lugar, el animar graznó indignado y se posó sobre el hombro de Daruu. Se quedó mirándole fijamente.
—¡Bwwaaaark! —(Contigo)—. ¡Ba-bawrk bawrk ba-bawrk. —(Si te escapas sacaré el ojo, hijoputa).
Supongo que Reiji prefirió, en ese caso, no traducirle lo que el cuervo le decía a Daruu.
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En Ryūō Pizza estaban curtidos en extrañezas. No debía ser de otro modo, si el camarero no se inmutaba ni un ápice ahora mismo, cuando dos jóvenes con sendos cuervos sobre los hombros pretendían pedir pizza... para los cuatro.
No debía ser de otro modo, cuando el mismo camarero tenía que tolerar una extravagancia aún mayor: que le pidieran una pizza barbacoa sin salsa barbacoa.
Se dirigió hacia Daruu y su amigo enemigo emplumado.
—Nosotros una pizza barbacoa con la salsa barbacoa que les quites a ellos, y para beber un cuenco con agua y una Ame-cola.
—¡B-bwaarrrrk!
—¡Ay, mi oreja! Vale. ¿Una carbonara?
—Bwark.
—¿La margarita?
—Bwark.
—¿La de york y queso?
El cuervo dio un saltito.
—Bien. Pues esa, y... ¡AY! ¡QUÉ PASA AHORA!
—¡Ba-bawkr!
—Vaaale. Una pizza de york y queso, una Ame-cola y un cuenco con Ame-cola, por favor.