2/11/2017, 20:50
El chunin contestó que para nada era extraño lo de su perdida de memoria. Su tono era serio, pero aun así tampoco lo decía a malas, o esa era la impresión que daba. Quizás era su forma de ser. Entre tanto, afirmó que se conocían, y no era tan solo de una única vez, no señor. Según el chico explicaba, ya eran dos veces las que ella perdía la memoria, y por ende debería ser ya la tercera vez que éste se presentaba a la pelirroja, al menos.
Sin defensa alguna, la chica se llevó una mano tras la nuca, apurada. —Oh... pues... lo siento. Supongo que ha sido ya la tercera vez que no te recuerdo... —entrecerró los ojos, mientras alzaba una ceja. —Al no tomarlo tan a la ligera, supongo que ya me conoces bastante, ¿verdad?
Pero bueno, tampoco podía hacer demasiado. El chunin admitió que solo podía imaginar lo que podía estar pasando por sus pensamientos, pero seguramente ni a eso llegaba. Las imágenes que pasaban en esos días por su cabeza eran cuanto menos perturbadoras, ni ella misma las entendía.
A todo ésto, apareció una tercera persona. Un chico de cabellera casi tan llamativa como la kunoichi, que curiosamente quedó como atascado entre él y el médico. Intentó decir algo, en unas cuantas ocasiones, pero las palabras no le salían. La chica, extrañada y guiada por los gestos y la mirada del recién llegado, pudo deducir que se refería a cómo había alcanzado el siguiente rango. Para su sorpresa, paró el proceso tan intenso de interrogación para saludarla, como si la conociese de toda la vida.
«¿Qué diantres has estado haciendo todo éste tiempo, chica? ¡Diablos! Quedarme encerrada no era tan mala opción...»
La chica alzó levemente la mano, saludando al que recién llegaba en un gesto bastante desganado. —Hola... desconocido. —Se llevó la mano diestra hacia el flanco del rostro, y reposó el peso de éste sobre la mano. Sin mas, dejó escapar un suspiro.
—Vaya caos... —se quejó mientras llevaba la mirada de uno a otro.
Sin defensa alguna, la chica se llevó una mano tras la nuca, apurada. —Oh... pues... lo siento. Supongo que ha sido ya la tercera vez que no te recuerdo... —entrecerró los ojos, mientras alzaba una ceja. —Al no tomarlo tan a la ligera, supongo que ya me conoces bastante, ¿verdad?
Pero bueno, tampoco podía hacer demasiado. El chunin admitió que solo podía imaginar lo que podía estar pasando por sus pensamientos, pero seguramente ni a eso llegaba. Las imágenes que pasaban en esos días por su cabeza eran cuanto menos perturbadoras, ni ella misma las entendía.
A todo ésto, apareció una tercera persona. Un chico de cabellera casi tan llamativa como la kunoichi, que curiosamente quedó como atascado entre él y el médico. Intentó decir algo, en unas cuantas ocasiones, pero las palabras no le salían. La chica, extrañada y guiada por los gestos y la mirada del recién llegado, pudo deducir que se refería a cómo había alcanzado el siguiente rango. Para su sorpresa, paró el proceso tan intenso de interrogación para saludarla, como si la conociese de toda la vida.
«¿Qué diantres has estado haciendo todo éste tiempo, chica? ¡Diablos! Quedarme encerrada no era tan mala opción...»
La chica alzó levemente la mano, saludando al que recién llegaba en un gesto bastante desganado. —Hola... desconocido. —Se llevó la mano diestra hacia el flanco del rostro, y reposó el peso de éste sobre la mano. Sin mas, dejó escapar un suspiro.
—Vaya caos... —se quejó mientras llevaba la mirada de uno a otro.
![[Imagen: 2UsPzKd.gif]](http://i.imgur.com/2UsPzKd.gif)