7/11/2017, 20:17
Juro esperó y esperó, tratando de seguir su tapadera. Cualquiera que le viera podría pensar que era un alumno. Quizá alguien esperando a su cita. Quizá ambas cosas. ¿Qué mas daba? No era sospechoso.
El rato se le pasó eternamente, aunque no eran más que poco después de las siete y media. En ese momento, una persona llegó, y captó toda su atención, haciendole olvidar su tapadera por unos momentos. Era un hombre alto, con un haori turquesa, cabello peinado hacia atrás, bigote y perilla cuidados y recortados. Era él, era el señor que estaban tratando de localizar. Juro intercambió una mirada de soslayo con Keisuke, quien se le acercó con precaución.
Juro no perdió de vista al hombre mientras. Estaba en la puerta, fumando. Supuso que en cuanto terminase aquella tarea se internaría en la escuela.
—¿Quién le avisa a Akame, tú o yo?—
Se imaginó así mismo siguiendo al profesor. Tratando de guiarse por una escuela laberitinca y luego indicar por donde fue a sus compañeros. No. Era imposible. En el fondo, lo sabía. Se perdería en cuanto se despistase un momento. Aunque no lo localizasen, no sabría volver a indicar el camino. Y Keisuke llevaba la cámara.
— Será mejor que vaya a avisarle yo. Con mi mala orientación, no podemos arriesgarnos a perder al objetivo — dijo, con un susurro. No quería ser escuchado ni mirar fijamente al profesor y levantar sospechas —. No lo pierdas de vista. Voy a por Akame.
Si Keisuke no tenía ninguna pega, Juro lentamente comenzaría a caminar hacia la entrada posterior. No tardaría en localizar a Akame, encontrado al otro lado de la calle, con un extraño título cuya portada no alcanzó a leer. Tampoco le importó realmente. Trataría de acercarse a él lo más naturalmente posible, como si fuese un viejo colega del colegio.
— Esta en la entrada principal, fumando. Keisuke lo vigila — Sus labios se movieron, casi sin pronunciar palabra. En un debil susurro, le resumió lo importante.
El rato se le pasó eternamente, aunque no eran más que poco después de las siete y media. En ese momento, una persona llegó, y captó toda su atención, haciendole olvidar su tapadera por unos momentos. Era un hombre alto, con un haori turquesa, cabello peinado hacia atrás, bigote y perilla cuidados y recortados. Era él, era el señor que estaban tratando de localizar. Juro intercambió una mirada de soslayo con Keisuke, quien se le acercó con precaución.
Juro no perdió de vista al hombre mientras. Estaba en la puerta, fumando. Supuso que en cuanto terminase aquella tarea se internaría en la escuela.
—¿Quién le avisa a Akame, tú o yo?—
Se imaginó así mismo siguiendo al profesor. Tratando de guiarse por una escuela laberitinca y luego indicar por donde fue a sus compañeros. No. Era imposible. En el fondo, lo sabía. Se perdería en cuanto se despistase un momento. Aunque no lo localizasen, no sabría volver a indicar el camino. Y Keisuke llevaba la cámara.
— Será mejor que vaya a avisarle yo. Con mi mala orientación, no podemos arriesgarnos a perder al objetivo — dijo, con un susurro. No quería ser escuchado ni mirar fijamente al profesor y levantar sospechas —. No lo pierdas de vista. Voy a por Akame.
Si Keisuke no tenía ninguna pega, Juro lentamente comenzaría a caminar hacia la entrada posterior. No tardaría en localizar a Akame, encontrado al otro lado de la calle, con un extraño título cuya portada no alcanzó a leer. Tampoco le importó realmente. Trataría de acercarse a él lo más naturalmente posible, como si fuese un viejo colega del colegio.
— Esta en la entrada principal, fumando. Keisuke lo vigila — Sus labios se movieron, casi sin pronunciar palabra. En un debil susurro, le resumió lo importante.
Hablo / Pienso
Avatar hecho por la increible Eri-sama.
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Sellos implantados: Hermandad intrepida
- Juro y Datsue : Aliento nevado, 218. Poder:60