8/11/2017, 00:40
Para cuando Akame y Juro alcanzaron la puerta principal ya no había ni rastro de Muten Rōshi o de Keisuke.
—El amejin debe haberse adelantado siguiendo al profesor. Vamos —dijo el Uchiha, echando un vistazo alrededor para confirmar que efectivamente su compañero no se encontraba por allí.
Luego se unió al tumulto de personas que ingresaban en la Escuela a esa hora, a poco de las ocho de la mañana. El recibidor era amplio, parcialmente techado, y a la derecha podía verse la ventanilla de secretaría. A la izquierda había un habitáculo bastante grande, con el rótulo de "Almacén" colocado sobre la puerta. Frente a la entrada se extendía el patio y el jardín de la Escuela, sembrado de árboles y coronado por un estanque de aguas cristalinas en su centro. A los lados de éste se extendían las aulas y, en la segunda planta, los despachos de los profesores.
«Dudo que vayamos a encontrar a Keisuke entre tanta gente...»
—Eikyu-san —llamó Akame—. Quizás deberíamos buscar el despacho del profesor por nuestra cuenta.
Keisuke siguió al profesor Muten entre la multitud de alumnos y profesores que ingresaban a la Escuela. Sin duda aquel edificio era muy importante en la ciudad, y desde luego no era descabellado pensar que acogía a estudiantes y académicos de muchas otras partes de Oonindo. El ninja tuvo serias dificultades para seguirle el paso a su objetivo entre tanta gente, pero finalmente pudo verlo subiendo unas escaleras que quedaban en la parte derecha del patio central.
Si le seguía, el amejin acabaría en un largo pasillo sembrado de puertas que daban a los despachos de varios profesores. Muten Rōshi abrió una de ellas con una llave plateada y luego ingresó a su oficina.
—El amejin debe haberse adelantado siguiendo al profesor. Vamos —dijo el Uchiha, echando un vistazo alrededor para confirmar que efectivamente su compañero no se encontraba por allí.
Luego se unió al tumulto de personas que ingresaban en la Escuela a esa hora, a poco de las ocho de la mañana. El recibidor era amplio, parcialmente techado, y a la derecha podía verse la ventanilla de secretaría. A la izquierda había un habitáculo bastante grande, con el rótulo de "Almacén" colocado sobre la puerta. Frente a la entrada se extendía el patio y el jardín de la Escuela, sembrado de árboles y coronado por un estanque de aguas cristalinas en su centro. A los lados de éste se extendían las aulas y, en la segunda planta, los despachos de los profesores.
«Dudo que vayamos a encontrar a Keisuke entre tanta gente...»
—Eikyu-san —llamó Akame—. Quizás deberíamos buscar el despacho del profesor por nuestra cuenta.
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Keisuke siguió al profesor Muten entre la multitud de alumnos y profesores que ingresaban a la Escuela. Sin duda aquel edificio era muy importante en la ciudad, y desde luego no era descabellado pensar que acogía a estudiantes y académicos de muchas otras partes de Oonindo. El ninja tuvo serias dificultades para seguirle el paso a su objetivo entre tanta gente, pero finalmente pudo verlo subiendo unas escaleras que quedaban en la parte derecha del patio central.
Si le seguía, el amejin acabaría en un largo pasillo sembrado de puertas que daban a los despachos de varios profesores. Muten Rōshi abrió una de ellas con una llave plateada y luego ingresó a su oficina.