10/11/2017, 06:39
La señora Otoshino respondió amablemente con una nueva nota. Taeko pensó que le fascinaría verla escribir todo el día, pues la caligrafía de la mujer era excelsa. Leyó con cuidado las indicaciones:
Primero le agradecía, ante lo cual la peliplateada sonrió. Luego le dijo que podía en la bitácora a aquellos que prestaran libros a domicilio. si la buscaban a ella específicamente, que solo dijera que bajaría 15 minutos después. La chica asintió, anotándolo mentalmente. Su último comentario fue acerca de su hijo: el joven que acababa de llegar.
”Oh… ¡Cuánto lo siento, Otoshino-san!” pensó la chica, llevándose una mano a la boca. Lamentaba haberle llamado “maleducado” al hijo de tan amable señora, aunque seguía sin hacérsele cortés el haber entrado como lo hizo el chico. No quiso retrasar más a la mujer con otra nota, así que asintió de nuevo y alzó un pulgar.
La siguió con la vista, viéndola dirigirse a la sala marcada como “Solo personal autorizado”. Al desaparecer la bibliotecaria por aquellas puertas, la pequeña kunoichi dio la vuelta al escritorio y se sentó en la grande y cómoda silla que se encontraba detrás.
”Oh… Qué genial es sentarse aquí… Me siento… importante ja ja. Aunque también con mucha responsabilidad. Y nervios. Cielos. ¿Y si hago algo mal? ¿Y si alguien pregunta sobre algún libro o sección? No sabré exactamente… ¡Cielos! Debí de haberle preguntado más a Otoshino-san… Debe de haber alguna guía por aquí. ¿No?”
Sin apartar un ojo de la entrada del edificio, Taeko comenzó a buscar discretamente entre los papeles que se encontraban sobre el mueble. Tuvo un gran cuidado en reacomodarlos si los movía de su lugar, pues le daban un aspecto bastante pulcro al lugar de trabajo de Otoshino Mikasa.
Esperaba no echarla a perder como semi-bibliotecaria...
Primero le agradecía, ante lo cual la peliplateada sonrió. Luego le dijo que podía en la bitácora a aquellos que prestaran libros a domicilio. si la buscaban a ella específicamente, que solo dijera que bajaría 15 minutos después. La chica asintió, anotándolo mentalmente. Su último comentario fue acerca de su hijo: el joven que acababa de llegar.
”Oh… ¡Cuánto lo siento, Otoshino-san!” pensó la chica, llevándose una mano a la boca. Lamentaba haberle llamado “maleducado” al hijo de tan amable señora, aunque seguía sin hacérsele cortés el haber entrado como lo hizo el chico. No quiso retrasar más a la mujer con otra nota, así que asintió de nuevo y alzó un pulgar.
La siguió con la vista, viéndola dirigirse a la sala marcada como “Solo personal autorizado”. Al desaparecer la bibliotecaria por aquellas puertas, la pequeña kunoichi dio la vuelta al escritorio y se sentó en la grande y cómoda silla que se encontraba detrás.
”Oh… Qué genial es sentarse aquí… Me siento… importante ja ja. Aunque también con mucha responsabilidad. Y nervios. Cielos. ¿Y si hago algo mal? ¿Y si alguien pregunta sobre algún libro o sección? No sabré exactamente… ¡Cielos! Debí de haberle preguntado más a Otoshino-san… Debe de haber alguna guía por aquí. ¿No?”
Sin apartar un ojo de la entrada del edificio, Taeko comenzó a buscar discretamente entre los papeles que se encontraban sobre el mueble. Tuvo un gran cuidado en reacomodarlos si los movía de su lugar, pues le daban un aspecto bastante pulcro al lugar de trabajo de Otoshino Mikasa.
Esperaba no echarla a perder como semi-bibliotecaria...
SILENCE
〘When deed speaks, words are nothing.〙
"Pienso" (thistle) ❀ ≫Escribo (orchid)
¡Visita El rincón de traducción de Taekūran!
〘When deed speaks, words are nothing.〙
"Pienso" (thistle) ❀ ≫Escribo (orchid)
¡Visita El rincón de traducción de Taekūran!