10/11/2017, 17:01
Akame asintió ante las palabras de Juro.
—Sí, probablemente los despachos estén rotulados con el nombre del profesor en cuestión. Supongo que aquí los alumnos también tendrán que buscarles de vez en cuando —el Uchiha miró a su alrededor, calibrando la amplitud del sitio. Sus ojos se detuvieron, finalmente, en la ventanilla de secretaría—. Este sitio es demasiado grande, mejor preguntemos ahí.
Se arriesgaban a llamar la atención del ventanillero y a que les reconocieran, pero Akame tampoco pensaba que eso fuese a suponerles un problema tan grave. Al fin y al cabo, no planeaban hacer nada ilegal.
Ni corto ni perezoso, el uzujin se acercó a la secretaría y preguntó por el despacho del profesor Muten Rōshi.
Keisuke adhirió el trocito de banda a la esquina inferior de la puerta y luego se quedó allí plantado. Junto a la misma había un rótulo con el nombre del profesor —Muten Rōshi— escrito en tinta negra sobre pergamino blanco. De repente, la hoja de la puerta cedió y tras ella apareció un hombre alto, canoso y de mirada inteligente; el profesor.
—¿Hm? ¿Necesitas algo, joven? —cuestionó con la mirada puesta sobre Keisuke.
Justo en ese momento Akame y Juro subían el tramo de escaleras que llevaba hasta la segunda planta. El Uchiha apenas tuvo tiempo de ver a Keisuke hablando con el objetivo de la misión antes de retroceder con un paso rápido y ocultarse tras la esquina que formaba el pasillo con el hueco de las escaleras. Le hizo una señal a Juro para que se detuviese y luego susurró.
—Es Inoue Keisuke... Está hablando con el profesor.
El Uchiha no supo en ese momento si su compañero les había traicionado y estaba contándoselo todo al académico, o si se trataba de un plan maestro para sacarle información. Sea como fuere, el uzujin se limitó a observar y esperar.
—Sí, probablemente los despachos estén rotulados con el nombre del profesor en cuestión. Supongo que aquí los alumnos también tendrán que buscarles de vez en cuando —el Uchiha miró a su alrededor, calibrando la amplitud del sitio. Sus ojos se detuvieron, finalmente, en la ventanilla de secretaría—. Este sitio es demasiado grande, mejor preguntemos ahí.
Se arriesgaban a llamar la atención del ventanillero y a que les reconocieran, pero Akame tampoco pensaba que eso fuese a suponerles un problema tan grave. Al fin y al cabo, no planeaban hacer nada ilegal.
Ni corto ni perezoso, el uzujin se acercó a la secretaría y preguntó por el despacho del profesor Muten Rōshi.
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Keisuke adhirió el trocito de banda a la esquina inferior de la puerta y luego se quedó allí plantado. Junto a la misma había un rótulo con el nombre del profesor —Muten Rōshi— escrito en tinta negra sobre pergamino blanco. De repente, la hoja de la puerta cedió y tras ella apareció un hombre alto, canoso y de mirada inteligente; el profesor.
—¿Hm? ¿Necesitas algo, joven? —cuestionó con la mirada puesta sobre Keisuke.
Justo en ese momento Akame y Juro subían el tramo de escaleras que llevaba hasta la segunda planta. El Uchiha apenas tuvo tiempo de ver a Keisuke hablando con el objetivo de la misión antes de retroceder con un paso rápido y ocultarse tras la esquina que formaba el pasillo con el hueco de las escaleras. Le hizo una señal a Juro para que se detuviese y luego susurró.
—Es Inoue Keisuke... Está hablando con el profesor.
El Uchiha no supo en ese momento si su compañero les había traicionado y estaba contándoselo todo al académico, o si se trataba de un plan maestro para sacarle información. Sea como fuere, el uzujin se limitó a observar y esperar.