11/11/2017, 16:20
Hasta cierto punto comprendía que el chico se negase a aceptar lo que ella le acababa de decir, pero que te traten bonito no siempre significa que sean buena gente y tal, ¿verdad? Además, aquello explicaba perfectamente por qué el barbudo estaba tan preocupado por su mercadería como para contratar a un par de ninjas.
Ah pero para el albino todo aquello no tenía mayor importancia, tanto que decidió volver a hablar en un tono de voz normal justo delante de la dichosa puerta. Acto que hizo que la kunoichi abriese los ojos como platos, completamente sorprendida y descolocada por lo que acababa de ocurrir.
—¿Es broma? —le espetó alejándose un par de pasos de él.
La chica no podía comprender cómo se le pudo ocurrir a Riko, volver a hablar normalmente justo frente a la puerta de las personas de las que ella acababa de advertirle, era una invitación para que se enterasen de todo y tomasen medidas al respecto.
Pero de nada le iba a servir quedarse estupefacta ahí, así que luego de sacudir levemente la cabeza volvió a mirarle con semblante severo. Claramente le había molestado lo que su compañero había hecho.
—Bah, haz lo que quieras —dijo a secas, antes de formar un simple sello y esfumarse.
La idea de utilizar dicha técnica era simplemente para poder llegar de nuevo a los establos, aunque en la parte trasera donde comprobaría que hubiese lugar para esconderse.
Ah pero para el albino todo aquello no tenía mayor importancia, tanto que decidió volver a hablar en un tono de voz normal justo delante de la dichosa puerta. Acto que hizo que la kunoichi abriese los ojos como platos, completamente sorprendida y descolocada por lo que acababa de ocurrir.
—¿Es broma? —le espetó alejándose un par de pasos de él.
La chica no podía comprender cómo se le pudo ocurrir a Riko, volver a hablar normalmente justo frente a la puerta de las personas de las que ella acababa de advertirle, era una invitación para que se enterasen de todo y tomasen medidas al respecto.
Pero de nada le iba a servir quedarse estupefacta ahí, así que luego de sacudir levemente la cabeza volvió a mirarle con semblante severo. Claramente le había molestado lo que su compañero había hecho.
—Bah, haz lo que quieras —dijo a secas, antes de formar un simple sello y esfumarse.
La idea de utilizar dicha técnica era simplemente para poder llegar de nuevo a los establos, aunque en la parte trasera donde comprobaría que hubiese lugar para esconderse.