11/11/2017, 16:33
Tras la despedida momentánea, la chica se acomodó en la silla que anteriormente ocupaba la bibliotecaria. Al ser consciente de que seguramente no sabría guiar a alguien si preguntaba por una sección o libro concreto, la sustituta comenzó a ojear los libros y documentos que había sobre la mesa. Tras ver todo lo que había sobre la mesa, no encontró nada parecido a lo que buscaba. Tan solo habían vales de compra y venta de libros, un registro de los libros entregados y devueltos, un par de libros de finanzas, y otro que parecía ser una especie de bitácora de todo lo que la señora Otoshino tomaba por importante, o algo parecido.
Para cuando quisiera dar cuenta, una marabunta de aspirantes a genin entraban a la biblioteca. Tras ellos, uno mayor al resto, pero que apenas alcanzaba la edad de Taeko aparentemente. El chico de orbes azules y cabellera rubia a media melena no se veía del todo cómodo con el resto, al que parecía estar "vigilando". Sin duda alguna, tratar con diez chicos que están recién descubriendo el ninjutsu no es tarea fácil. Vestía un uniforme azul marino bastante oscuro, típico de escuela.
Habían cuatro chicas, y deis chicos. Una era rubia y de ojos azules, con un gran parecido al mayor y de constitución bastante delgada, que vestía un kimono rosado. Había un par de gemelas, de cabellera rojiza como el fuego, y orbes verdes; ambas bastante esbeltas y de apariencia recatada, pero que alzaban la voz como si no hubiese un mañana. Ambas vestían igual, un kimono de color rosado. La última permanecía en silencio, pero porque se estaba atiborrando de patatas. Bastante ancha, de cabellera azabache y orbes avellana. Curiosamente, también vestía igual al resto, un kimono rosado.
Los chicos vestían todos el mismo uniforme que el mayor, siendo únicamente uno de los pequeños el que tenía un rasgo diferente en la indumentaria; llevaba un pañuelo rojizo al cuello. Habían tres chicos de orbes avellana y cabellera azabache, a cada cuál llevaba mas pelo, y todos ellos extremadamente delgados. Había un cuarto chico de orbes grises, y cabellera azabache, de constitución musculosa y bastante alto para su edad. Había uno realmente bajo, pelirrojo y con el rostro lleno de pecas, de orbes celestes. El último estaba rapado y orbes naranjas, siendo éste un tanto mas gordito que el resto, y con una cara de pocos amigos. De hecho, en todo momento permanecía algo alejado del resto.
Tras entrar, se desperdigaron todos y cada uno de ellos, buscando libros y cosas con las que jugar. Lo que comenzaba a faltar en ese momento era silencio en la sala, pero antes de que la chica pudiese decir algo —o escribir— el mayor se presentó ante ella con una reverencia de lo mas formal.
—Buenos días, señorita bibliotecaria. Mi nombre es Tomohara Kaoru, y soy el encargado de ayudar en los estudios a éste grupo de aspirantes. Lamento mucho el ruido y desorden que pueden provocar, intentaré que sea en la menor medida de lo posible. ¡Tiene mi palabra!
Y evidentemente, se fue dirigiendo a todos y cada uno, buscando silenciar el espectáculo en la medida de lo posible.
Para cuando quisiera dar cuenta, una marabunta de aspirantes a genin entraban a la biblioteca. Tras ellos, uno mayor al resto, pero que apenas alcanzaba la edad de Taeko aparentemente. El chico de orbes azules y cabellera rubia a media melena no se veía del todo cómodo con el resto, al que parecía estar "vigilando". Sin duda alguna, tratar con diez chicos que están recién descubriendo el ninjutsu no es tarea fácil. Vestía un uniforme azul marino bastante oscuro, típico de escuela.
Habían cuatro chicas, y deis chicos. Una era rubia y de ojos azules, con un gran parecido al mayor y de constitución bastante delgada, que vestía un kimono rosado. Había un par de gemelas, de cabellera rojiza como el fuego, y orbes verdes; ambas bastante esbeltas y de apariencia recatada, pero que alzaban la voz como si no hubiese un mañana. Ambas vestían igual, un kimono de color rosado. La última permanecía en silencio, pero porque se estaba atiborrando de patatas. Bastante ancha, de cabellera azabache y orbes avellana. Curiosamente, también vestía igual al resto, un kimono rosado.
Los chicos vestían todos el mismo uniforme que el mayor, siendo únicamente uno de los pequeños el que tenía un rasgo diferente en la indumentaria; llevaba un pañuelo rojizo al cuello. Habían tres chicos de orbes avellana y cabellera azabache, a cada cuál llevaba mas pelo, y todos ellos extremadamente delgados. Había un cuarto chico de orbes grises, y cabellera azabache, de constitución musculosa y bastante alto para su edad. Había uno realmente bajo, pelirrojo y con el rostro lleno de pecas, de orbes celestes. El último estaba rapado y orbes naranjas, siendo éste un tanto mas gordito que el resto, y con una cara de pocos amigos. De hecho, en todo momento permanecía algo alejado del resto.
Tras entrar, se desperdigaron todos y cada uno de ellos, buscando libros y cosas con las que jugar. Lo que comenzaba a faltar en ese momento era silencio en la sala, pero antes de que la chica pudiese decir algo —o escribir— el mayor se presentó ante ella con una reverencia de lo mas formal.
—Buenos días, señorita bibliotecaria. Mi nombre es Tomohara Kaoru, y soy el encargado de ayudar en los estudios a éste grupo de aspirantes. Lamento mucho el ruido y desorden que pueden provocar, intentaré que sea en la menor medida de lo posible. ¡Tiene mi palabra!
Y evidentemente, se fue dirigiendo a todos y cada uno, buscando silenciar el espectáculo en la medida de lo posible.
![[Imagen: 2UsPzKd.gif]](http://i.imgur.com/2UsPzKd.gif)