14/11/2017, 03:03
La muchedumbre cruzó un pequeño umbral en el suelo. Una puerta abierta con unas escaleras que descendían a las zonas bajas del barco. La otra puerta que se encontraba en la cubierta, y por donde algunos pensaron que se dirigían en un principio, parecía ser la habitación del capitán, que se encontraba justo debajo de la zona del timonel, en la popa.
El mismo color brillante de la madera oscura que se podía ver en el exterior era ahora iluminado por pequeñas antorchas colocadas simétricamente a lo largo de los pasillos. Eran llamas pequeñas y calmas que ofrecían una visibilidad justa pero que otorgan un clima bastante acogedor.
«Esto parece ser bastante más grande de lo que me esperaba» varias puertas, hombres, y escaleras cruzaron mientras realizaban su caminata por el interior.
Dos pisos más bajaron para encontrarse un pasillo que recorría todo el largo de la embarcación, que era cruzado por otros tres que lo recorrían a lo ancho. Puerta y puerta, una tras la otra con la misma pequeña antorcha de por medio y un hombre silbando a lo lejos mientras pasaba el trapeador por el suelo.
¡HE AQUÍ SUS HABITACIONES! gritó Shinsen abriendo ambos brazos. Luego se dio media vuelta y extendió una mano donde su compañera dejó una bolsa de tamaño mediano y volvió a hablar.
Muy bien, ahora lo siguiente. Pido por favor que de forma calmada y tranquila se aproxime cada persona o familia por turnos. Se les hará entrega de una llave con un número cada cuatro personas, nada muy complicado.
»Simplemente tienen que encontrar la puerta con número coincidente, ¿Sí? En media hora tienen que volver a este mismo lugar.
La sonrisa se reflejó de nuevo mientras Mae mostraba una cara de molesta, seguramente por la misma rutina que debía de llevar cada vez que empezaban esos viajes turísticos. Aún así, uno a uno fueron pasando tomando su llave, viendo el número, y luego caminando por los pasillos. Desde el fondo del pelotón, se podía ver como las personas iban desapareciendo por las puertas y los pasillos y el grupo comenzaba a disminuir en cantidad. Fue en ese momento, cuando a Riko le entregaron la llave número 57, cuando Karamaru creyó ver una cabellera blanca que se le hacía familiar.
El calvo tomó su llave número 73 y se adentro en su habitación, que era exactamente igual a las demás. Dos cuchetas, cuatro camas, a cada lado, un mesa pequeña entre ambas con un reloj de pared encima de ella, un armario en la punta de una de las cuchetas y una puerta hacia el baño en la punta de la otra. Al igual que los pasillos, bastante acogedor si el grupo aumentaba a la capacidad máxima de la habitación.
Sin su mochila, que dejó sin desempacar sobre una de las tantas camas que tenía solo para él, volvió por los pasillos para encontrarse a la media hora con un puñado de gente y la cara sonriente de Shinsen.
"El miedo es el camino al lado oscuro. El miedo lleva a la ira, la ira al odio, el odio al sufrimiento, y el sufrimiento al lado oscuro"
-Maestro Yoda.
◘ Hablo ◘ Pienso ◘
-Maestro Yoda.
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