19/11/2017, 00:17
Ambos caminaron hacia la habitación. En la puerta, se toparon con un hombre que parecía ser el encargo. Les indicó, con una sonrisa y amabilidad admirables, que los vestuarios estaban separados y cada uno a un lado. El suyo, a la derecha.
Juro se inclinó, con un "Gracias", antes de entrar.
La habitación era tal y como la había esperado. Estaba repleta. Llena de armaduras de tela, ligeras, pesadas... de todo tipo, en todas las zonas. Sintió ganas de probárselas todas, pero comprendió que lo primero era encontrar una que le fuese a venir bien. Se fijó en que tenían talla y género.
—¡Mira, mira! Parece que todas tienen distinciones, este tiene una M bordada en la etiqueta, según esto... Es para hombre, y la F significa para mujer... ¡Ay, no sé qué elegir!
— ¡Si! ¡Vamos a mirar!
Juro empezó con una elección extraña: rebuscó entre las armaduras pesadas. ¿Pensaba llevar una armadura pesada? Lo dudaba bastante, pero por mirar no le iba a pasar nada.
Tan solo con hacerlo, se dio cuenta de que no era su estilo. Trató de coger una de ellas, compuesta por multitud de partes metálicas, totalmente hecha de acero, que debía cubrir todo el cuerpo. Era poco más grande que él, pero casi no podía sostenerla.
— Esta no es mi sección... — dijo, entre jadeo y jadeo, mientras la depositaba otra vez.
También pasó por ver la sección de telas, pero antes de eso, ojeó las armaduras ligeras. Eran sus favoritas. Armaduras, después de todo, pero más fáciles de llevar y más cómodas. Una armadura pesada no le dejaría ni andar. Eran como las armas muy grandes.
Tras rebuscar un rato, encontró algo que le gustó levemente. Era una armadura muy curiosa: una coraza totalmente amarilla, exceptuando una parte metálica en el centro, con un símbolo extraño: un gran pájaro similar a una gallina, de plumaje amarillo, fuertes patas, y la capacidad de montar. Tenía unas hombreras y continuaba cubriendo sus piernas y sus pies, del mismo color amarillento con toques metálicos de acero.
El casco parecía tener dos ojos negros, un pico amarillento y algo que debían de ser las plumas, como si fuese la cabeza del animal. Era gracioso. Era tan pequeño como él, y de su talla.
— ¡Mira! — exclamó Juro, al verlo. Era realmente raro.
Juro se inclinó, con un "Gracias", antes de entrar.
La habitación era tal y como la había esperado. Estaba repleta. Llena de armaduras de tela, ligeras, pesadas... de todo tipo, en todas las zonas. Sintió ganas de probárselas todas, pero comprendió que lo primero era encontrar una que le fuese a venir bien. Se fijó en que tenían talla y género.
—¡Mira, mira! Parece que todas tienen distinciones, este tiene una M bordada en la etiqueta, según esto... Es para hombre, y la F significa para mujer... ¡Ay, no sé qué elegir!
— ¡Si! ¡Vamos a mirar!
Juro empezó con una elección extraña: rebuscó entre las armaduras pesadas. ¿Pensaba llevar una armadura pesada? Lo dudaba bastante, pero por mirar no le iba a pasar nada.
Tan solo con hacerlo, se dio cuenta de que no era su estilo. Trató de coger una de ellas, compuesta por multitud de partes metálicas, totalmente hecha de acero, que debía cubrir todo el cuerpo. Era poco más grande que él, pero casi no podía sostenerla.
— Esta no es mi sección... — dijo, entre jadeo y jadeo, mientras la depositaba otra vez.
También pasó por ver la sección de telas, pero antes de eso, ojeó las armaduras ligeras. Eran sus favoritas. Armaduras, después de todo, pero más fáciles de llevar y más cómodas. Una armadura pesada no le dejaría ni andar. Eran como las armas muy grandes.
Tras rebuscar un rato, encontró algo que le gustó levemente. Era una armadura muy curiosa: una coraza totalmente amarilla, exceptuando una parte metálica en el centro, con un símbolo extraño: un gran pájaro similar a una gallina, de plumaje amarillo, fuertes patas, y la capacidad de montar. Tenía unas hombreras y continuaba cubriendo sus piernas y sus pies, del mismo color amarillento con toques metálicos de acero.
El casco parecía tener dos ojos negros, un pico amarillento y algo que debían de ser las plumas, como si fuese la cabeza del animal. Era gracioso. Era tan pequeño como él, y de su talla.
— ¡Mira! — exclamó Juro, al verlo. Era realmente raro.
Hablo / Pienso
Avatar hecho por la increible Eri-sama.
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Sellos implantados: Hermandad intrepida
- Juro y Datsue : Aliento nevado, 218. Poder:60