23/11/2017, 22:30
Tras luchar con cada uno de los dobleces del dichoso papel, finalmente pude discernir los primero rastros de tinta, era una letra diferente a la que había visto en las agendas y... ¡Bingo! Teníamos algo, no pude evitar sonreír, no estaba seguro de que fuera una verdadera pista, pero era mejor que nada.
—El cruce a las dieciocho horas.— Emití tras voltear el papel para que Akame lo visualizara con sus propios ojos. —Pero no dice ninguna fecha... Puede ser viejo.— Comenté dejando ver el lado negativo de la situación. Una vez expuesto la evidencia, la guardé y agarré una hoja similar y la dejé el pote de la basura, quizá no se diera cuenta de que no era el verdadero...
Podría decirse que habíamos logrado hallar el primer indicio de una reunión secreta entre el profesor y alguien más, ahora solo faltaba que ese alguien fuese su amante, sonreí con cierta satisfacción a ser yo el que encontró la primera prueba, pero evidentemente la satisfacción no duró mucho ya que luego de un golpe seco se escuchó la voz de Juro desde afuera y otras más que no logré reconocer.
Uchiha me alertó y no dudó en, tras una breve secuencia de sellos, convertirse en parte del inmobiliario del despacho, por mi parte no actué tan rápido como mi compañero, pero tras pensar un poco al respecto, imité la misma secuencia de sellos que el pelinegro, pero no pasé a ser parte de los muebles, sino que adopté la figura del mismisimo Muten.
No lo pensé dos veces y acudí a la puerta tras dar unos escaso pasos, la abrí para hacer acto de presencia afuera, y cruzando los dedos para que el verdadero profesor no apareciera de la nada. —Muy gracioso, ¿no?— Me dirigí a Juro en tono de reprimenda. —Será mejor que te marches ahora, ojalá no te encuentres conmigo en la planta inferior, ya sabes que hacer...— Esperaba que esas palabras fueran más que suficientes para que mi compañero entendiese que debía evitar a toda costa a que el docente retornase a su despacho, por lo menos que nos diera algunos minutos.
—En cuanto a ustedes.— Me giré a ver a los estudiantes que venían al despacho. —Primero que nada, buenos días.— Comenté de la forma más natural y cordial que pude. —Estoy terminando de darle las orientaciones a un joven, en un momento les atenderé como es debido, así que sí me disculpan.— Desaparecí tras la puerta nuevamente.
Con rapidez miré hacia a donde estaba Akame, o bueno su nueva apariencia, y me acerqué un poco a él para no alzar mucho la voz. —Es el momento para que salgas, no podemos quedarnos todos aquí.— Susurré lo suficientemente alto para que escuchara, era cuestión de que tomase su imagen habitual u otra que quisiera y saliera de ahí. —Sí Muten no llega en unos minutos podré escabullirme sin ningún problema, espero que Juro me halla entendido.— Aclaré mientras trataba de apresurarle a que saliera por la puerta.
Una vez el pelinegro hubiera salido del despacho, yo le seguiría hasta el exterior nuevamente y entonces abriría la puerta, invitando a los estudiantes a que entraran.
—El cruce a las dieciocho horas.— Emití tras voltear el papel para que Akame lo visualizara con sus propios ojos. —Pero no dice ninguna fecha... Puede ser viejo.— Comenté dejando ver el lado negativo de la situación. Una vez expuesto la evidencia, la guardé y agarré una hoja similar y la dejé el pote de la basura, quizá no se diera cuenta de que no era el verdadero...
Podría decirse que habíamos logrado hallar el primer indicio de una reunión secreta entre el profesor y alguien más, ahora solo faltaba que ese alguien fuese su amante, sonreí con cierta satisfacción a ser yo el que encontró la primera prueba, pero evidentemente la satisfacción no duró mucho ya que luego de un golpe seco se escuchó la voz de Juro desde afuera y otras más que no logré reconocer.
Uchiha me alertó y no dudó en, tras una breve secuencia de sellos, convertirse en parte del inmobiliario del despacho, por mi parte no actué tan rápido como mi compañero, pero tras pensar un poco al respecto, imité la misma secuencia de sellos que el pelinegro, pero no pasé a ser parte de los muebles, sino que adopté la figura del mismisimo Muten.
No lo pensé dos veces y acudí a la puerta tras dar unos escaso pasos, la abrí para hacer acto de presencia afuera, y cruzando los dedos para que el verdadero profesor no apareciera de la nada. —Muy gracioso, ¿no?— Me dirigí a Juro en tono de reprimenda. —Será mejor que te marches ahora, ojalá no te encuentres conmigo en la planta inferior, ya sabes que hacer...— Esperaba que esas palabras fueran más que suficientes para que mi compañero entendiese que debía evitar a toda costa a que el docente retornase a su despacho, por lo menos que nos diera algunos minutos.
—En cuanto a ustedes.— Me giré a ver a los estudiantes que venían al despacho. —Primero que nada, buenos días.— Comenté de la forma más natural y cordial que pude. —Estoy terminando de darle las orientaciones a un joven, en un momento les atenderé como es debido, así que sí me disculpan.— Desaparecí tras la puerta nuevamente.
Con rapidez miré hacia a donde estaba Akame, o bueno su nueva apariencia, y me acerqué un poco a él para no alzar mucho la voz. —Es el momento para que salgas, no podemos quedarnos todos aquí.— Susurré lo suficientemente alto para que escuchara, era cuestión de que tomase su imagen habitual u otra que quisiera y saliera de ahí. —Sí Muten no llega en unos minutos podré escabullirme sin ningún problema, espero que Juro me halla entendido.— Aclaré mientras trataba de apresurarle a que saliera por la puerta.
Una vez el pelinegro hubiera salido del despacho, yo le seguiría hasta el exterior nuevamente y entonces abriría la puerta, invitando a los estudiantes a que entraran.