24/11/2017, 19:46
Estaba claro que la comunicación no estaba siendo el punto fuerte de la pareja, que no habían intercambiado ni dos ideas cuando sus caminos se dividieron evidentemente. Riko, por su parte, restó importancia a lo acontecido y entró a la casa sentandose en el mismo sitio que había proclamado suyo anteriormente, uniendose a la animada familia y a su timido cliente. Aunque la kunoichi no tardó en personarse en la entrada, viendo que tenía un plato puesto en la mesa justo al lado de Riko, era fácil de deducir porque era la única silla vacía y todos estaban ya comiendo.
Nadie le prestó especial atención hasta que saludó y pidió permiso para ir al baño.
— Sí, sí, subiendo las escaleras, la primera puerta a la izquierda. — le explicó la mujer señalando una de las dos puertas que tenía el salón. — ¿Quieres que te acompañe, querida?
Le preguntó haciendo ademán de levantarse, igual se pensaba que tanta emergencia y esa actitud era porque estaba en sus días o igual era otra cosa la que la preocupaba.
Nadie le prestó especial atención hasta que saludó y pidió permiso para ir al baño.
— Sí, sí, subiendo las escaleras, la primera puerta a la izquierda. — le explicó la mujer señalando una de las dos puertas que tenía el salón. — ¿Quieres que te acompañe, querida?
Le preguntó haciendo ademán de levantarse, igual se pensaba que tanta emergencia y esa actitud era porque estaba en sus días o igual era otra cosa la que la preocupaba.