24/11/2017, 20:20
— No conozco esta zona, la verdad. Acabe aquí por accidente. Me fió de tu criterio. Un viaje largo sería demasiado para mi.
Pues ese día no iba a ser el día en que conociera el paradero de Kusagakure, no parecía que Juro estuviera mintiendo cuando decía que no se conocía la zona, pero era un concepto muy vago el de "esa zona". ¿Qué era una zona? ¿Ese metro cuadrado? ¿El kilometro cuadrado? ¿El país? ¿El lago? Muy difuso y ambiguo, si hubiera sido un amenio podría haber creído que me estaba intentando colar una trola del tamaño de las estatuas que decoraban el valle. Siendo un kuseño, seguramente es que no tenía la precisión intelectual para expresarse con suficiente maestría.
Comencé a andar en la dirección apropiada esperando que Juro me acompañase e igualandole el ritmo, que sería el de un herido, es decir, lento y torpe. Las opciones eran ir a ese paso o comerme su cadáver antes de que los ANBU nos descubriesen, y ya había comido muchos cadáveres para una vida.
— Ese perro... Stuffy, ¿verdad? Parece que teneis una buena relación. ¿Lo tienes desde hace mucho tiempo?
— Desde que eramos pequeños, es tradición familiar tener un perro compañero, así que cuando me tocó elegir decidí quedarme con el tuerto. — esta vez al pronunciar tuerto no había sarcasmo ni gracia alguna, era algo informativo. — Todos esos cachorros sanotes y fuertotes estaban correteando, y él estaba en un rincón con toda el aura negativa alrededor, todo porque tenía un ojo de menos. Me pareció muy estúpido, él y el hecho de que lo despreciaran por ser tuerto. Y aquí estamos.
Los shinobis andaban al ritmo del moreno mientras el can daba vueltas por los alrededores a su bola, con una hiperactividad que daba nerviosismo solo de verla.
Pues ese día no iba a ser el día en que conociera el paradero de Kusagakure, no parecía que Juro estuviera mintiendo cuando decía que no se conocía la zona, pero era un concepto muy vago el de "esa zona". ¿Qué era una zona? ¿Ese metro cuadrado? ¿El kilometro cuadrado? ¿El país? ¿El lago? Muy difuso y ambiguo, si hubiera sido un amenio podría haber creído que me estaba intentando colar una trola del tamaño de las estatuas que decoraban el valle. Siendo un kuseño, seguramente es que no tenía la precisión intelectual para expresarse con suficiente maestría.
Comencé a andar en la dirección apropiada esperando que Juro me acompañase e igualandole el ritmo, que sería el de un herido, es decir, lento y torpe. Las opciones eran ir a ese paso o comerme su cadáver antes de que los ANBU nos descubriesen, y ya había comido muchos cadáveres para una vida.
— Ese perro... Stuffy, ¿verdad? Parece que teneis una buena relación. ¿Lo tienes desde hace mucho tiempo?
— Desde que eramos pequeños, es tradición familiar tener un perro compañero, así que cuando me tocó elegir decidí quedarme con el tuerto. — esta vez al pronunciar tuerto no había sarcasmo ni gracia alguna, era algo informativo. — Todos esos cachorros sanotes y fuertotes estaban correteando, y él estaba en un rincón con toda el aura negativa alrededor, todo porque tenía un ojo de menos. Me pareció muy estúpido, él y el hecho de que lo despreciaran por ser tuerto. Y aquí estamos.
Los shinobis andaban al ritmo del moreno mientras el can daba vueltas por los alrededores a su bola, con una hiperactividad que daba nerviosismo solo de verla.
—Nabi—