26/11/2017, 21:11
Mogura respondió rápidamente y el superior dejó caer su peso y presión en el calvo, quien tardó unos escasos segundos en responder, seguramente estaba dudando sí debía o no entrar a aquella habitación, no obstante, terminó accediendo; sin más preámbulos, la puerta se abrió y dejó al descubierto una imagen lamentable...
Cuando ingresé lo primero que pude percibir era la poca luz del lugar, las camas que estaban de lado a lado, el cuarto era largo, parecía una sala de un hospital con unos cuantos pacientes por atender, lo otro que pude percibir fue aquel olor un tanto peculiar y característico de ese tipo de lugares, y a eso se le añadía el terroso del ambiente. Mientras caminaba pude identificar que las primeras camas estaban en buenas condiciones generales, pero con el pasar entre una y otras se podía ver como las heridas iban creciendo en tamaño y el estado de salud iba en caída. La preocupación me invadió rápidamente, ¿quienes serían los que estaban en peores condiciones? Mis orbes se movían de un lado a otro tratando de identificar alguna persona con gravedad, pero el equipo de Amegakure había hecho un gran trabajo clasificando a los heridos, lo único que me pude llevar fue la facies dolorosas y lesionadas.
Cuando estaba llegando al final pude ver la cortina que separaba a alguien del grupo, y fue entonces cuando noté que el aire era más reducido, me costaba un poco respirar, muy levemente pero se notaba la diferencia. " A mayor cantidad de personas menos oxigeno..." Pensé científicamente dándole lógica al asunto.
Tras la cortina había una única persona, un hombre que tenía una apariencia de muerte, su rostro decía más de mil palabras, se podía ver por sobre la manta como sudaba y se retorcía levemente, incluso aquellas manchas en sus miembros inferiores se notaban a legua, era un color totalmente anormal, el sujeto estaba consciente para nuestro beneficio, pero... ¿qué tan mal estaría? El shinobi retiró la manta dejando en descubierto el resto del cuerpo, las manchas estaban por todos lados y sí le ponías suficiente atención... "Se mueven... Que curioso" Vi con cierto interés aquel veneno.
La explicación de lo que habían descubierto siguió unos segundos luego, y nuestro paciente crítico parecía mantener cierto sentido del humor, simplemente sonreí, eso era bueno. —Entendido.— Unos cuantos datos nunca estaban de más. Y entonces fue Manase quien hizo su aseveración, simplemente oí lo que dijo y me mantuve en silencio. "Tendrías razón, si no estuviéramos bajo tierra y no hubiese tanta gente a su alrededor... El calor que hace aquí es horrible..."
Poco después apareció la pelirroja, y la temperatura pareció subir nuevamente, aunque ahora se mostraba bastante diferente, sí se veía más amable, ¿sería cercanos?
Y nuevamente Manase dando aseveraciones, "¿Realmente lo haremos?" Y la cuestión era que en lo personal no conocía la técnica que debíamos usar, así que asumí que él si lo hacía. Aunque en esta oportunidad no podía mantenerme en silencio.
—De acuerdo, prepararé todo y dejaré que te encargues del Saikan Chūshutsu, lo mejor será empezar por abdomen y tórax.— Era evidente el porqué de esa decisión, los miembros podrían esperar un poco mientras se trataban los órganos vitales.
Me puse del lado contrario al de Mogura y le imité sacando la instrumentaría del botiquín de primeros auxilios: un tapabocas, gasas, alcohol, yodo, guantes y solución. En cuestión de minutos preparé un campo estéril en donde puse los instrumentos a utilizar, incluso puse el bisturí que el castaño usaría. —Ryu, escúchame dentro de poco empezaremos el proceder, necesitamos que colabores y mantengas la calma, Mogura se encargará de extraer el veneno y yo me encargaré de que no sientas dolor.— Después de todo se debían hacer dos incisiones.
Tras realizar la técnicas de asepsia y antisepsia en la región que sería seccionada, mi palma empezó a brillar con una luz blanca tenue, estaba adormeciendo sus nervios para eliminar cualquier estímulo doloroso.
El calor se empezaba a notar más que antes, y mi cuerpo estaba sudando más de lo común, todo por el hecho de llevar el tapabocas, los guantes y sentir la presión de estar realizando un proceder con dos miembros del equipo, sin contar a Karamaru, quién seguramente estaría observando desde alguna esquina.
—Está todo listo.— Aseguré.
Cuando ingresé lo primero que pude percibir era la poca luz del lugar, las camas que estaban de lado a lado, el cuarto era largo, parecía una sala de un hospital con unos cuantos pacientes por atender, lo otro que pude percibir fue aquel olor un tanto peculiar y característico de ese tipo de lugares, y a eso se le añadía el terroso del ambiente. Mientras caminaba pude identificar que las primeras camas estaban en buenas condiciones generales, pero con el pasar entre una y otras se podía ver como las heridas iban creciendo en tamaño y el estado de salud iba en caída. La preocupación me invadió rápidamente, ¿quienes serían los que estaban en peores condiciones? Mis orbes se movían de un lado a otro tratando de identificar alguna persona con gravedad, pero el equipo de Amegakure había hecho un gran trabajo clasificando a los heridos, lo único que me pude llevar fue la facies dolorosas y lesionadas.
Cuando estaba llegando al final pude ver la cortina que separaba a alguien del grupo, y fue entonces cuando noté que el aire era más reducido, me costaba un poco respirar, muy levemente pero se notaba la diferencia. " A mayor cantidad de personas menos oxigeno..." Pensé científicamente dándole lógica al asunto.
Tras la cortina había una única persona, un hombre que tenía una apariencia de muerte, su rostro decía más de mil palabras, se podía ver por sobre la manta como sudaba y se retorcía levemente, incluso aquellas manchas en sus miembros inferiores se notaban a legua, era un color totalmente anormal, el sujeto estaba consciente para nuestro beneficio, pero... ¿qué tan mal estaría? El shinobi retiró la manta dejando en descubierto el resto del cuerpo, las manchas estaban por todos lados y sí le ponías suficiente atención... "Se mueven... Que curioso" Vi con cierto interés aquel veneno.
La explicación de lo que habían descubierto siguió unos segundos luego, y nuestro paciente crítico parecía mantener cierto sentido del humor, simplemente sonreí, eso era bueno. —Entendido.— Unos cuantos datos nunca estaban de más. Y entonces fue Manase quien hizo su aseveración, simplemente oí lo que dijo y me mantuve en silencio. "Tendrías razón, si no estuviéramos bajo tierra y no hubiese tanta gente a su alrededor... El calor que hace aquí es horrible..."
Poco después apareció la pelirroja, y la temperatura pareció subir nuevamente, aunque ahora se mostraba bastante diferente, sí se veía más amable, ¿sería cercanos?
Y nuevamente Manase dando aseveraciones, "¿Realmente lo haremos?" Y la cuestión era que en lo personal no conocía la técnica que debíamos usar, así que asumí que él si lo hacía. Aunque en esta oportunidad no podía mantenerme en silencio.
—De acuerdo, prepararé todo y dejaré que te encargues del Saikan Chūshutsu, lo mejor será empezar por abdomen y tórax.— Era evidente el porqué de esa decisión, los miembros podrían esperar un poco mientras se trataban los órganos vitales.
Me puse del lado contrario al de Mogura y le imité sacando la instrumentaría del botiquín de primeros auxilios: un tapabocas, gasas, alcohol, yodo, guantes y solución. En cuestión de minutos preparé un campo estéril en donde puse los instrumentos a utilizar, incluso puse el bisturí que el castaño usaría. —Ryu, escúchame dentro de poco empezaremos el proceder, necesitamos que colabores y mantengas la calma, Mogura se encargará de extraer el veneno y yo me encargaré de que no sientas dolor.— Después de todo se debían hacer dos incisiones.
Tras realizar la técnicas de asepsia y antisepsia en la región que sería seccionada, mi palma empezó a brillar con una luz blanca tenue, estaba adormeciendo sus nervios para eliminar cualquier estímulo doloroso.
El calor se empezaba a notar más que antes, y mi cuerpo estaba sudando más de lo común, todo por el hecho de llevar el tapabocas, los guantes y sentir la presión de estar realizando un proceder con dos miembros del equipo, sin contar a Karamaru, quién seguramente estaría observando desde alguna esquina.
—Está todo listo.— Aseguré.