26/11/2017, 22:34
El intercambio de palabras continuó y más tarde el médico de cabello rojo se acercaría al chuunin.
—Mogura, estaba hablando con Aiko sobre lo acontecido en el torneo y sobre su cambio de actitud repentino por demostrar su inmortalidad a todos los espectadores, y bueno...—
La expresión seria del médico de cabello azabache no había cambiado, y estaba lejos de cambiar. Por lo visto, nada había cambiado en Keisuke en los últimos instantes. Seguía hablando como si le conociese de toda la vida o si tuviese una gallina en el pecho en vez de un maldito chaleco militar.
—Quiero ayudar a Aiko y nos preguntábamos sí pudiste hablar con ella en el torneo, sí dijo algún lugar o nombre... inusual.—
Inoue hablaba como si ayudar a la mujer fuese algo fácil, como si las cosas estuviesen a la vuelta de la esquina, como si conseguir información fuese tan fácil como sacar una bebida de una maquina expendedora.
Inoue Keisuke, no te lo diré de nuevo.
Apresuró a contestar clavando su mirada directamente en él. Había que dejar algo en claro si pretendía seguir hablando con el muchacho pelirrojo.
Carece de importancia si te parece correcto o no, ahora soy tu superior. Y vas a dirigirte hacía mi en la forma en la que corresponde. Manase-san. ¿Está claro?
Las palabras de Mogura eran contundentes y su tono estaba muy lejos de sonar en broma ni nada por el estilo, la rectitud y la seriedad en su rostro no comunicaban otra cosa que autoridad. Esperaba realmente no tener que volver a repetirle esas cosas al médico.
Elevó ligeramente la mirada para buscar con ella a Aiko, en seguida volvió su vista a Keisuke y esperó a que este contestase su pregunta.
—Mogura, estaba hablando con Aiko sobre lo acontecido en el torneo y sobre su cambio de actitud repentino por demostrar su inmortalidad a todos los espectadores, y bueno...—
La expresión seria del médico de cabello azabache no había cambiado, y estaba lejos de cambiar. Por lo visto, nada había cambiado en Keisuke en los últimos instantes. Seguía hablando como si le conociese de toda la vida o si tuviese una gallina en el pecho en vez de un maldito chaleco militar.
—Quiero ayudar a Aiko y nos preguntábamos sí pudiste hablar con ella en el torneo, sí dijo algún lugar o nombre... inusual.—
Inoue hablaba como si ayudar a la mujer fuese algo fácil, como si las cosas estuviesen a la vuelta de la esquina, como si conseguir información fuese tan fácil como sacar una bebida de una maquina expendedora.
Inoue Keisuke, no te lo diré de nuevo.
Apresuró a contestar clavando su mirada directamente en él. Había que dejar algo en claro si pretendía seguir hablando con el muchacho pelirrojo.
Carece de importancia si te parece correcto o no, ahora soy tu superior. Y vas a dirigirte hacía mi en la forma en la que corresponde. Manase-san. ¿Está claro?
Las palabras de Mogura eran contundentes y su tono estaba muy lejos de sonar en broma ni nada por el estilo, la rectitud y la seriedad en su rostro no comunicaban otra cosa que autoridad. Esperaba realmente no tener que volver a repetirle esas cosas al médico.
Elevó ligeramente la mirada para buscar con ella a Aiko, en seguida volvió su vista a Keisuke y esperó a que este contestase su pregunta.
Hablo - Pienso