30/11/2017, 19:36
— Pues ellos se lo pierden. Hiciste bien, Stuffy parece un perro único, mucho mejor que cualquiera de ellos ¿Lo usais para buscar rastros y cosas así?
— Sí, aunque parezca medio lelo cuando está distraido tiene los sentidos tan agudos como cualquier perro, o incluso más. Solo falta que le salgan un par más de neuronas para que se vuelva algo más autosuficiente y será un maestro del rastreo.
Le comenté con toda la sinceridad que podía atesorar en mis labios, aunque no era cierto que Stuffy solo rastreara, nadie nunca jamás había dicho nada de solo, así que todo estaba perfectamente posicionado para que Juro sacase sus propias conclusiones. Sin embargo, no podía dejar que me tomase ventaja en el intercambio de información, sino me explotaría la cabeza.
— ¿En Kusagakure no teneis perros rastreadores? ¿No usareis dinosaurios?
Ver pasar a Stuffy en uno de sus vaivenes intentando oler todo lo olible de los alrededores me recordó todas las escenas grotescas en las que le había visto, arrancando trozos de carne de otros animales a mordiscos, pegando zarpazos a diestro y siniestro que incluso arrancaban ojos y la imagen más inquietante de todas, verlo transformado en mi con esa mirada perdida de perro lelo. Escalofriante.
— Sí, aunque parezca medio lelo cuando está distraido tiene los sentidos tan agudos como cualquier perro, o incluso más. Solo falta que le salgan un par más de neuronas para que se vuelva algo más autosuficiente y será un maestro del rastreo.
Le comenté con toda la sinceridad que podía atesorar en mis labios, aunque no era cierto que Stuffy solo rastreara, nadie nunca jamás había dicho nada de solo, así que todo estaba perfectamente posicionado para que Juro sacase sus propias conclusiones. Sin embargo, no podía dejar que me tomase ventaja en el intercambio de información, sino me explotaría la cabeza.
— ¿En Kusagakure no teneis perros rastreadores? ¿No usareis dinosaurios?
Ver pasar a Stuffy en uno de sus vaivenes intentando oler todo lo olible de los alrededores me recordó todas las escenas grotescas en las que le había visto, arrancando trozos de carne de otros animales a mordiscos, pegando zarpazos a diestro y siniestro que incluso arrancaban ojos y la imagen más inquietante de todas, verlo transformado en mi con esa mirada perdida de perro lelo. Escalofriante.
—Nabi—