2/12/2017, 14:50
Tal y como los ninjas esperaban, aquel sencillo subterfugio fue suficiente para que pudieran continuar bajando las escaleras sin llamar la atención del profesor al cruzarse con él. Akame se limitó a dedicarle una ligera inclinación de cabeza, y el docente simplemente les echó un vistazo distraído antes de continuar su camino.
Habían conseguido sortear ese obstáculo. El Uchiha, todavía en ligera tensión, se volvió hacia sus compañeros y susurró.
—Salgamos de aquí, ya nos la hemos jugado bastante para una mañana.
Ni corto ni perezoso el uzujin enfiló la salida, todavía oculto bajo su Henge de estudiante y sujetando aquel libro bajo el brazo. Mientras caminaba iba lanzando discretas miradas a izquierda y derecha para asegurarse de que nadie estuviese prestándoles atención; así era. La mayoría de la Escuela estaba en clase u ocupada en sus quehaceres, y tres estudiantes no destacaban sobre ningunos otros.
Al sentir el imponente arco de piedra y hierro sobre su cabeza, Akame supo que habían realizado con éxito la extracción. Esperó hasta cruzar la calle de la entrada de la Escuela y a no ser visto por ningún transeúte para deshacer su Henge y liberar un suspiro de alivio.
—Buen trabajo —dijo, dirigiéndose a sus compañeros—. Keisuke-san, déjanos ver esa nota otra vez.
Habían conseguido sortear ese obstáculo. El Uchiha, todavía en ligera tensión, se volvió hacia sus compañeros y susurró.
—Salgamos de aquí, ya nos la hemos jugado bastante para una mañana.
Ni corto ni perezoso el uzujin enfiló la salida, todavía oculto bajo su Henge de estudiante y sujetando aquel libro bajo el brazo. Mientras caminaba iba lanzando discretas miradas a izquierda y derecha para asegurarse de que nadie estuviese prestándoles atención; así era. La mayoría de la Escuela estaba en clase u ocupada en sus quehaceres, y tres estudiantes no destacaban sobre ningunos otros.
Al sentir el imponente arco de piedra y hierro sobre su cabeza, Akame supo que habían realizado con éxito la extracción. Esperó hasta cruzar la calle de la entrada de la Escuela y a no ser visto por ningún transeúte para deshacer su Henge y liberar un suspiro de alivio.
—Buen trabajo —dijo, dirigiéndose a sus compañeros—. Keisuke-san, déjanos ver esa nota otra vez.