2/12/2017, 18:30
—¿Y con cuál otra, sino ésta?
Kuranosuke no dijo nada, pero en su interior se vio obligado a admitir que su colocutor era diestro en el arte del esgrima con palabras. Eso le gustaba, por mucho que no confiara un solo ápice en él o sus intenciones.
El peculiar sujeto le recordó que iba de camino a Tane-Shigai. Parecía estar teniendo desacuerdos con su mapa, algo que lo colocaba en su actual dilema. El tuerto conocía de sobra el camino. Quizás llevarlo hasta allí y mantenerlo bajo su atenta vigilancia sería mejor idea que permitir que el habitante de Ame campara a sus anchas.
—Supongo que también lees mapas con la boca, hay un camino muy claro que atraviesa el bosque. No deberías de haberte alejado de la senda —afirmó con tranquilidad.
Acto seguido, Kaido se presentó. Como persona bien educada que era, Kuranosuke hizo lo propio.
—Sakamoto Kuranosuke. Puedo llevarte hasta Tane-Shigai si es lo que deseas, Umikiba Kaido. Si es que no te inoportunaría ser guiado por un tuerto poco amigable...
Kuranosuke no dijo nada, pero en su interior se vio obligado a admitir que su colocutor era diestro en el arte del esgrima con palabras. Eso le gustaba, por mucho que no confiara un solo ápice en él o sus intenciones.
El peculiar sujeto le recordó que iba de camino a Tane-Shigai. Parecía estar teniendo desacuerdos con su mapa, algo que lo colocaba en su actual dilema. El tuerto conocía de sobra el camino. Quizás llevarlo hasta allí y mantenerlo bajo su atenta vigilancia sería mejor idea que permitir que el habitante de Ame campara a sus anchas.
—Supongo que también lees mapas con la boca, hay un camino muy claro que atraviesa el bosque. No deberías de haberte alejado de la senda —afirmó con tranquilidad.
Acto seguido, Kaido se presentó. Como persona bien educada que era, Kuranosuke hizo lo propio.
—Sakamoto Kuranosuke. Puedo llevarte hasta Tane-Shigai si es lo que deseas, Umikiba Kaido. Si es que no te inoportunaría ser guiado por un tuerto poco amigable...