5/12/2017, 03:04
Naoki aguardó expectante una respuesta, y después de un par de tragos, él habló.
—¿Qué no te has enterado? —indagó él, curioso.
—De qué, cielo.
—Pues hemos sido víctimas de un... robo. O eso parece.
—Por Ame no Kami, cariño; ¿cuándo? ¡¿cómo? ¿estás tú bien?
La mujer acercó su silla hasta los linderos de Mirogata, y le abrazó a medias. Parecía genuinamente sorprendida, aunque también muy interesada en la noticia.
—Sí, todo bien, ha sido mientras estaba cerrado. No sé, han revolcado todo y parece que han robado un par de cosas, pero aún no sabemos nada con certeza. Están investigando.
—Oh... es serio, entonces. ¿Quiénes?
—Ninjas —y Reiji pudo notar cierto énfasis en aquella singular palabra. Quizás, Mirogata quería ayudar en poder permitirle al joven shinobi a que analizase la reacción de la mujer ante tan súbita información, pero en principio ésta no se vendió ante el anzuelo. Sólo parecía un tanto sorprendida de que todo fuera tan serio.
De cualquier forma, el Karasukage tendría que trabajar con lo que tenía. Mirogata había elegido un curso de acción y él, desde luego, tendría que adaptarse a éste, dado el poco margen de maniobra que tenían ellos dos en ese instante.
—¿Qué no te has enterado? —indagó él, curioso.
—De qué, cielo.
—Pues hemos sido víctimas de un... robo. O eso parece.
—Por Ame no Kami, cariño; ¿cuándo? ¡¿cómo? ¿estás tú bien?
La mujer acercó su silla hasta los linderos de Mirogata, y le abrazó a medias. Parecía genuinamente sorprendida, aunque también muy interesada en la noticia.
—Sí, todo bien, ha sido mientras estaba cerrado. No sé, han revolcado todo y parece que han robado un par de cosas, pero aún no sabemos nada con certeza. Están investigando.
—Oh... es serio, entonces. ¿Quiénes?
—Ninjas —y Reiji pudo notar cierto énfasis en aquella singular palabra. Quizás, Mirogata quería ayudar en poder permitirle al joven shinobi a que analizase la reacción de la mujer ante tan súbita información, pero en principio ésta no se vendió ante el anzuelo. Sólo parecía un tanto sorprendida de que todo fuera tan serio.
De cualquier forma, el Karasukage tendría que trabajar con lo que tenía. Mirogata había elegido un curso de acción y él, desde luego, tendría que adaptarse a éste, dado el poco margen de maniobra que tenían ellos dos en ese instante.