5/12/2017, 04:21
La simpleza que movía al peliblanco sorprendió al calvo al punto tal de acordarse de su respuesta para su futuro. Simplemente moverse, realizar tareas, solamente por poder, por tener la oportunidad. Pero no era momento de pensar, su estómago rugía y ambos terminaron por llegar al principio de uno de los tres mostradores por donde corría la fila. Carnes, verduras, postres, dulces, refrigerios, pastas, bebidas de todos los colores, y decenas de otras cosas que Karamaru no podía ni siquiera describir o entender que era lo que eran. Al final terminó yendo a lo seguro y conocido mientras iba comentando y riendo a su paso con Riko.
Siguiendo la sugerencia de su ahora compañero de viaje, encaró para una mesa larga con varias botellas de fondo redondo para no caerse con el oleaje rellenas de agua, por si en alguno de esos casos no veías los quinientos brebajes disponibles anteriormente. Segundos a solas estuvieron cuando dos bien vestidos y apuestos se sentaron a su lado, lo mismo hizo una pareja de adultos jóvenes con dos pequeños que hacía rato habían dejado de ser unos bebes. Afortunadamente, ambos se comportaban cuál ángeles.
¿Cómo es su nombre?- preguntó de pronto uno de los dos hombres al aire. Todos los cercanos buscaron el destino de su mirada.
Toko.- respondió la mujer sonriendo pero no muy dispuesta a hablar con desconocidos acerca de su hija, que parecía un poco mayor que su hermano.
A partir una pequeña conversación se realizó con ambos gennin de por medio. Los dos hombres se presentaron como Takimura y Kagawa, ambos de viaje por una especie de investigación que estaban llevando a cabo aunque sin dar más detalles. Del otro lado presentandose por su apellido como la familia Noguchi quedaron tres personas marcadas por los apodos establecidos por Kagawa: Toko y el pequeño, los hermanos, la rubia y el pelado, los padres.
¿Tú eres shinobi verdad blanquito?- comentó Kagawa, el más charlatán, antes siquiera de ver a Riko aunque sea una vez.
No te olvides del otro peladito, ¿No?- Takimura miró esta vez al calvo, quien tenía su bandana en su cintura, debajo de la mesa. El calvo se quedo sin responder por no saber qué decir. Todavía seguía procesando como era que sabían esa información personas desconocidas en tierras lejanas.
"El miedo es el camino al lado oscuro. El miedo lleva a la ira, la ira al odio, el odio al sufrimiento, y el sufrimiento al lado oscuro"
-Maestro Yoda.
◘ Hablo ◘ Pienso ◘
-Maestro Yoda.
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