5/12/2017, 11:40
Ambos shinobis decidieron que lo mejor era dedicarle toda su atención a la comida, tenían que elegir entre infinidad de posibilidades y aquello no hacía más que provocarle un pequeño dolor de cabeza al peliblanco, que no era capaz de decidirse por ninguno de aquellos manjares. Rápidamente descartó todo aquello que ya había probado o que conocía, ya que estaba allí, se aventuraría a probar cosas nuevas.
En un plato se colocó lo que parecía ser un estofado de alguna carne, con algunas verduras como guisantes y zanahorias, en un cuenco aparte se puso unos taquitos de pescado macerados en una salsa blanquecina con cebolla y alguna que otra cosa más y de postre, un delicioso pudin.
Con su bandeja llena y con una sonrisa en el rostro se dirigió a la mesa que Karamaru había elegido.
— No sabía qué elegir, espero no haberme equivocado.
Pero su soledad se vería interrumpida cuando varias personas decidieron sentarse en la misma mes que ellos, cosa que no molestaba en absoluto al Senju, siempre y cuando no fueran las típicas personas pesadas.
¿Tú eres shinobi verdad blanquito?-
No te olvides del otro peladito, ¿No?-
El uzunés miró a los dos hombre, no le gustaban aquellas confianzas infundadas.
— Sí, soy shinobi, y prefiero que me llames Riko, que para algo es mi nombre, gracias. — Y terminó la frase con una sonrisa que, más que amabilidad, mostraba que si se pasaba de listo le tiraría un mizurappa a la cara.
En un plato se colocó lo que parecía ser un estofado de alguna carne, con algunas verduras como guisantes y zanahorias, en un cuenco aparte se puso unos taquitos de pescado macerados en una salsa blanquecina con cebolla y alguna que otra cosa más y de postre, un delicioso pudin.
Con su bandeja llena y con una sonrisa en el rostro se dirigió a la mesa que Karamaru había elegido.
— No sabía qué elegir, espero no haberme equivocado.
Pero su soledad se vería interrumpida cuando varias personas decidieron sentarse en la misma mes que ellos, cosa que no molestaba en absoluto al Senju, siempre y cuando no fueran las típicas personas pesadas.
¿Tú eres shinobi verdad blanquito?-
No te olvides del otro peladito, ¿No?-
El uzunés miró a los dos hombre, no le gustaban aquellas confianzas infundadas.
— Sí, soy shinobi, y prefiero que me llames Riko, que para algo es mi nombre, gracias. — Y terminó la frase con una sonrisa que, más que amabilidad, mostraba que si se pasaba de listo le tiraría un mizurappa a la cara.
~ Narro ~ Hablo ~ «Pienso»