6/12/2017, 14:08
El grupo de chicas había desaparecido por completo a la vista de los que estaban en la planta baja, obviamente se encontraban en alguna parte de la segunda planta, lugar donde estudiaba el hijo de la señora Otoshino. Sin embargo, por el momento no se escuchaba ningún otro tipo de bramido, el único ruido que había en el habitáculo era el continuo caminar de un lado a otro por parte de los chicos, su vigilante, y la encargada provisional de la biblioteca que perseguía a éste último en pos de entregarle una nota.
Para cuando la chica pudo darle la nota, la cosa parecía haberse resuelto un poco. Con un libro delante de cada uno de los estudiantes —y una silla como esposas— éstos jóvenes parecían haberse centrado en lo que debiere ser su prioridad, aprobar su examen. Kaoru tomó la nota, y tras leerla se la devolvió a la chica. ¿qué hacer si no?
—Muchas gracias, pero ya está todo mas o menos resuelto —afirmó el chico.
Dejó caer un suspiro, y miró a su alrededor. Empezó a contar claramente cuantos chicos estaban ahí, y al finalizar sus cuentas cayó en algo ineludible. Le faltaban chicos, concretamente le faltaban casi todas las chicas, a excepción de una. Se llevó la mano al mentón, e incluso mordió su dedo.
—Aún me faltan algunas estudiantes... voy a buscarlas, échales un ojo, por favor.
Y tan rápido como preparar un colacao en leche fresquita, el chico salió en busca de las estudiantes que le faltaban. No, evidentemente no le dejó tiempo a la chica a que pudiese escribir siquiera, si así lo intentaba tendría que salir tras de él a paso ligero. De optar por ello, dejaría de tener a la vista a los chicos, aunque fuese por un corto lapso de tiempo.
Para cuando la chica pudo darle la nota, la cosa parecía haberse resuelto un poco. Con un libro delante de cada uno de los estudiantes —y una silla como esposas— éstos jóvenes parecían haberse centrado en lo que debiere ser su prioridad, aprobar su examen. Kaoru tomó la nota, y tras leerla se la devolvió a la chica. ¿qué hacer si no?
—Muchas gracias, pero ya está todo mas o menos resuelto —afirmó el chico.
Dejó caer un suspiro, y miró a su alrededor. Empezó a contar claramente cuantos chicos estaban ahí, y al finalizar sus cuentas cayó en algo ineludible. Le faltaban chicos, concretamente le faltaban casi todas las chicas, a excepción de una. Se llevó la mano al mentón, e incluso mordió su dedo.
—Aún me faltan algunas estudiantes... voy a buscarlas, échales un ojo, por favor.
Y tan rápido como preparar un colacao en leche fresquita, el chico salió en busca de las estudiantes que le faltaban. No, evidentemente no le dejó tiempo a la chica a que pudiese escribir siquiera, si así lo intentaba tendría que salir tras de él a paso ligero. De optar por ello, dejaría de tener a la vista a los chicos, aunque fuese por un corto lapso de tiempo.