10/12/2017, 15:33
El Kage Bunshin asintió ante las palabras de sus dos compañeros.
—Yo podría actuar de mensajero. Si ambos vais a posicionaros sobre los tejados, me quedaré aquí, en la calle. Al menos, hasta que llegue mi otro yo —añadió el clon—. Buscaré un lugar desde el que pueda tener visual de ambos.
Así pues, las fichas estaban dispuestas. El lugar que Keisuke había elegido se hacía idóneo, pues desde tanta altura podía evitar ser visto si quería, y al mismo tiempo tenía una visual clara de la puerta lateral de Escuela.
Juro se apostaría en un tejado algo más bajo, un lugar incómodo y poco óptimo para la vigilancia. Probablemente empezaría a notar dolores en el cuerpo por la mala postura sobre las tejas si se veía obligado a esperar más de una hora, pero al menos podía ver la entrada principal.
El Kage Bunshin de Akame sacó un libro de su chaqueta y se sentó en la terraza de una cafetería en la esquina que formaban las dos calles con la Escuela. Desde allí no tenía una visual clara de ninguna de las entradas al edificio, pero tanto Juro como Keisuke podían verle y hacerse ver por él.
Sólo faltaba que el amejin y el de Kusa tomaran sus posiciones y... Esperaran.
—Yo podría actuar de mensajero. Si ambos vais a posicionaros sobre los tejados, me quedaré aquí, en la calle. Al menos, hasta que llegue mi otro yo —añadió el clon—. Buscaré un lugar desde el que pueda tener visual de ambos.
Así pues, las fichas estaban dispuestas. El lugar que Keisuke había elegido se hacía idóneo, pues desde tanta altura podía evitar ser visto si quería, y al mismo tiempo tenía una visual clara de la puerta lateral de Escuela.
Juro se apostaría en un tejado algo más bajo, un lugar incómodo y poco óptimo para la vigilancia. Probablemente empezaría a notar dolores en el cuerpo por la mala postura sobre las tejas si se veía obligado a esperar más de una hora, pero al menos podía ver la entrada principal.
El Kage Bunshin de Akame sacó un libro de su chaqueta y se sentó en la terraza de una cafetería en la esquina que formaban las dos calles con la Escuela. Desde allí no tenía una visual clara de ninguna de las entradas al edificio, pero tanto Juro como Keisuke podían verle y hacerse ver por él.
Sólo faltaba que el amejin y el de Kusa tomaran sus posiciones y... Esperaran.