11/12/2017, 00:40
Juro seguia danzando con Rinna, y el joven estaba encantado con ella. Parecía una chica muy amable y simpática, aunque tuviese esas opiniones tan raras. Seguía sin entender lo que tanto la atormentaba, pero ya habría tiempo.
—La verdad es que todo lo que hay a los alrededores es muy bonito y cuentan muchas historias. Si quieres y te sobra un poco más de tiempo, podría llevarte a verlas, y contarte alguna historia... Pero solo si quieres
Juro ladeó la cabeza, un poco, sin entender. ¿Contarle historias? ¿Qué clase de historias?
— ¿Historias de tu tierra? — preguntó, sonriente —. ¡Claro! Me encantaría escucharlas.
Había que ser comprensibles. Juro era poco más que un niño. Nunca había matado a nadie. Era una mente completamente inocente.
A Ryu, no le pasó desapercibido la ruborización de Eri. Sonrió aún más por esto, seguro de sí mismo. Se había enfrentado a chicas mucho más estrechas y difíciles, y ella no parecía gran cosa en comparación. Solo una chica tímida más.
—Vaya, pues, la verdad es que quise convertirme en alguien que se valiese por sí misma. Y también porque mi padre lo fue, y es un buen ejemplo...
— Pareces una chica muy capaz. Salta a la vista — comentó, con su típica labia —. Desde luego, si fuese un ladrón, no me atrevería a meterme contigo.
Soltó una carcajada, mientras seguía el baile. Eso provocó que sus mejillas enrojeciesen un poco. Lo justo.
— Aunque no se si es lo que a una chica le gustaría que le dijesen. Nunca había hablado con una kunoichi a decir verdad. Y menos bailado... — comentó —. Mi abuela fue kunoichi. Pero nunca la conocí.
—La verdad es que todo lo que hay a los alrededores es muy bonito y cuentan muchas historias. Si quieres y te sobra un poco más de tiempo, podría llevarte a verlas, y contarte alguna historia... Pero solo si quieres
Juro ladeó la cabeza, un poco, sin entender. ¿Contarle historias? ¿Qué clase de historias?
— ¿Historias de tu tierra? — preguntó, sonriente —. ¡Claro! Me encantaría escucharlas.
Había que ser comprensibles. Juro era poco más que un niño. Nunca había matado a nadie. Era una mente completamente inocente.
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A Ryu, no le pasó desapercibido la ruborización de Eri. Sonrió aún más por esto, seguro de sí mismo. Se había enfrentado a chicas mucho más estrechas y difíciles, y ella no parecía gran cosa en comparación. Solo una chica tímida más.
—Vaya, pues, la verdad es que quise convertirme en alguien que se valiese por sí misma. Y también porque mi padre lo fue, y es un buen ejemplo...
— Pareces una chica muy capaz. Salta a la vista — comentó, con su típica labia —. Desde luego, si fuese un ladrón, no me atrevería a meterme contigo.
Soltó una carcajada, mientras seguía el baile. Eso provocó que sus mejillas enrojeciesen un poco. Lo justo.
— Aunque no se si es lo que a una chica le gustaría que le dijesen. Nunca había hablado con una kunoichi a decir verdad. Y menos bailado... — comentó —. Mi abuela fue kunoichi. Pero nunca la conocí.
Hablo / Pienso
Avatar hecho por la increible Eri-sama.
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Sellos implantados: Hermandad intrepida
- Juro y Datsue : Aliento nevado, 218. Poder:60