¡A las armas!

[Uzumaki Eri]

Rinna sonrió y no pudo evitar soltar una risilla ante la reacción tan infantil del joven shinobi, sin embargo ella rozaba la edad en la que estaba él, y aunque su mente era un poco más madura, le alegraba saber que aún mantenía aquella llama de inocencia en su interior.

—Yo estaré encantada de contártelas, Juro-san —respondió la joven, cuando la música comenzó a decaer —¿Qué te parece si mañana vamos a ver los alrededores? Porque la fiesta poco durará más, un par de canciones más y la gente terminará por irse, no sin antes volver a seleccionar a Ryu como el mejor vestido, ese zorro...

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— Pareces una chica muy capaz. Salta a la vista. Desde luego, si fuese un ladrón, no me atrevería a meterme contigo.

—Vaya, gracias —agradeció el cumplido la joven kunoichi, mientras sonreía.

— Aunque no se si es lo que a una chica le gustaría que le dijesen. Nunca había hablado con una kunoichi a decir verdad. Y menos bailado... Mi abuela fue kunoichi. Pero nunca la conocí.

—Vaya, lo siento —susurró la joven, dándole unas palmaditas en el hombro donde tenía su mano sujeta —¿Y tú? ¿A qué te dedicas? —preguntó rápidamente, intentando cambiar de tema.