12/12/2017, 01:43
Y los minutos empezaron a pasar lentamente, muy lentamente se convirtieron en horas... "Que ladilla" Me dije un poco malhumorado por la poca acción que pasaba, mi fuerte no era ser muy paciente, pero no podía hacer nada más que quedarme ahí y esperar a que algo sucediera y seguramente estaba por ocurrir, o eso me intentaba de mentalizar para no distraerme, para no quedarme dormido o hacer alguna cosa mejor y más interesante.
Mi estómago empezó a quejarse, a rugir suavemente; miré la estrella solar y estaba en el punto más alto que podía alcanzar, debía ser alrededor de las horas del mediodía, ¿Akame se acordaría se traer algún bocadillo para aliviar el hambre y la sed? ¿Había dicho que tenía la garganta seca y calor me estaba empezando a molestar? Sumado a ello mi malhumor había incrementado por no poder ingerir nada, incluso un dolor de cabeza de ligera intensidad se estaba empezando a manifestar en todo mi cráneo.
Entonces fue cuando sucedió, los dioses se acordaron de mi, la figura del pelinegro llamó mi atención. —Muchas gracias, pensé que iba a morir de hambre.— Sí, había exagerado un poco, pero mi cuerpo no aguantaba más, no obstante, Akame, no duró mucho tiempo ahí conmigo. ¿Sería el real? ¿Cómo diferenciarlos? Sin reparar mucho en ello saqué el sándwich y le di varios mordiscos rápidos, casi me atraganto por la resequedad de mi boca, así que bebí unos tragos de mi jugo de naranja y todo se solucionó, ahora comía un poco más tranquilo.
Ahora me encontraba con la barriga semi-llena y el corazón semi-contento, pero el dichoso profresor no se dignada a hacer acto de presencia, ¿se pretendía quedar todo el bendito día en la escuela? La tarde estaba cayendo y unas ráfagas de viento me refrescaron bastante, la temperatura había cambiado y era mucho más agradable ahora. Suspiré y miré un poco a mi alrededor, en ocasiones veía la figura del Uchiha, o su clon, para asegurarme de que no estuviera tratando de llamar mi atención, pero ninguna señal se manifestaba.
Y finalmente en el momento en que pensaba que el profesor había salido por algún otro lugar, o que se quedaría ahí por siempre, una figura bastante conocida caminaba a paso rápido desde la salida latera, una figura que se estaba intentando ocultar del público, que incluso tenía un sombrero para que su rostro no llamara la atención de algún curioso. Me levanté como un rayo y miré a donde el pelinegro y moví las manos rápidamente, mis brazos se abanicaron de un lado a otro energéticamente, incluso salté un par de veces por sí acaso, era mejor asegurarse de que me había visto a que no... "Espero que con eso sea suficiente..." Miré rápidamente a mi objetivo para evitar que lograra escabullirse.
Efectivamente lo mejor sería seguirlo desde las alturas, hasta donde los techos me lo permitieran, por lo que me desplacé a un ritmo similar al suyo, mis orbes lo seguirían, y me aseguraría de que no se perdiera, no me importaba sí debía dejar a los demás atrás.
Mi estómago empezó a quejarse, a rugir suavemente; miré la estrella solar y estaba en el punto más alto que podía alcanzar, debía ser alrededor de las horas del mediodía, ¿Akame se acordaría se traer algún bocadillo para aliviar el hambre y la sed? ¿Había dicho que tenía la garganta seca y calor me estaba empezando a molestar? Sumado a ello mi malhumor había incrementado por no poder ingerir nada, incluso un dolor de cabeza de ligera intensidad se estaba empezando a manifestar en todo mi cráneo.
Entonces fue cuando sucedió, los dioses se acordaron de mi, la figura del pelinegro llamó mi atención. —Muchas gracias, pensé que iba a morir de hambre.— Sí, había exagerado un poco, pero mi cuerpo no aguantaba más, no obstante, Akame, no duró mucho tiempo ahí conmigo. ¿Sería el real? ¿Cómo diferenciarlos? Sin reparar mucho en ello saqué el sándwich y le di varios mordiscos rápidos, casi me atraganto por la resequedad de mi boca, así que bebí unos tragos de mi jugo de naranja y todo se solucionó, ahora comía un poco más tranquilo.
Ahora me encontraba con la barriga semi-llena y el corazón semi-contento, pero el dichoso profresor no se dignada a hacer acto de presencia, ¿se pretendía quedar todo el bendito día en la escuela? La tarde estaba cayendo y unas ráfagas de viento me refrescaron bastante, la temperatura había cambiado y era mucho más agradable ahora. Suspiré y miré un poco a mi alrededor, en ocasiones veía la figura del Uchiha, o su clon, para asegurarme de que no estuviera tratando de llamar mi atención, pero ninguna señal se manifestaba.
Y finalmente en el momento en que pensaba que el profesor había salido por algún otro lugar, o que se quedaría ahí por siempre, una figura bastante conocida caminaba a paso rápido desde la salida latera, una figura que se estaba intentando ocultar del público, que incluso tenía un sombrero para que su rostro no llamara la atención de algún curioso. Me levanté como un rayo y miré a donde el pelinegro y moví las manos rápidamente, mis brazos se abanicaron de un lado a otro energéticamente, incluso salté un par de veces por sí acaso, era mejor asegurarse de que me había visto a que no... "Espero que con eso sea suficiente..." Miré rápidamente a mi objetivo para evitar que lograra escabullirse.
Efectivamente lo mejor sería seguirlo desde las alturas, hasta donde los techos me lo permitieran, por lo que me desplacé a un ritmo similar al suyo, mis orbes lo seguirían, y me aseguraría de que no se perdiera, no me importaba sí debía dejar a los demás atrás.