12/12/2017, 03:47
El calvo buscó una mirada, pero no la encontró. Buscó otra, y tampoco. Buscó una respuesta, al menos eso lo tenía que conseguir, y no llegó. No llegó de pronto, porque se hizo desear y al final solamente el pelirrojo contestó, el que menos se esperaba.
Sí pudiéramos extraer el veneno con una jeringa ya lo hubiéramos hecho.
«Sí pidiírimis ixtriir il vinini cin ini jiringi yi li hibiirimis hichi» pero no se animó a contestar eso. Karamaru entendía la gravedad de toda la situación que lo rodeaba pero por algún extraño motivo seguía tratando de hacer cosas poco productivas para animar el ambiente, o a él mismo.
Probablemente era su manera de escudarse ante todos los problemas que lo rodeaban, ante tanta sangre, ante tanto calor.
Porque si había algo que sentía en aquel momento, segundos después de haber dejado la inservible jeringa, era calor. Tres personas trabajaban frente a él, salvando una vida, y el monje lo único que podía hacer era mirar. Le frustraba sí, pero al ver al pelo paja a su lado haciendo lo mismo que él lo reconfortó. Era el líder, o eso parecía, la cabeza del grupo y lo único que podía hacer era mirar y esperar lo mejor o lo peor.
«A esperar se ha dicho. Vos podés Mogura.»
Se cruzó de brazos y se paró al lado de su superior, con mirada firme y seria esperando que sus compañeros pudiesen hacer lo que él no podía. La gota gorda de sudor le corría por la cara, pero callaba, sabía que aguantar era algo que si podía hacer y estaba determinado a continuar con su postura recta y su silencio para no molestar. Ese era su trabajo, no molestar.
Sí pudiéramos extraer el veneno con una jeringa ya lo hubiéramos hecho.
«Sí pidiírimis ixtriir il vinini cin ini jiringi yi li hibiirimis hichi» pero no se animó a contestar eso. Karamaru entendía la gravedad de toda la situación que lo rodeaba pero por algún extraño motivo seguía tratando de hacer cosas poco productivas para animar el ambiente, o a él mismo.
Probablemente era su manera de escudarse ante todos los problemas que lo rodeaban, ante tanta sangre, ante tanto calor.
Porque si había algo que sentía en aquel momento, segundos después de haber dejado la inservible jeringa, era calor. Tres personas trabajaban frente a él, salvando una vida, y el monje lo único que podía hacer era mirar. Le frustraba sí, pero al ver al pelo paja a su lado haciendo lo mismo que él lo reconfortó. Era el líder, o eso parecía, la cabeza del grupo y lo único que podía hacer era mirar y esperar lo mejor o lo peor.
«A esperar se ha dicho. Vos podés Mogura.»
Se cruzó de brazos y se paró al lado de su superior, con mirada firme y seria esperando que sus compañeros pudiesen hacer lo que él no podía. La gota gorda de sudor le corría por la cara, pero callaba, sabía que aguantar era algo que si podía hacer y estaba determinado a continuar con su postura recta y su silencio para no molestar. Ese era su trabajo, no molestar.
"El miedo es el camino al lado oscuro. El miedo lleva a la ira, la ira al odio, el odio al sufrimiento, y el sufrimiento al lado oscuro"
-Maestro Yoda.
◘ Hablo ◘ Pienso ◘
-Maestro Yoda.
◘ Hablo ◘ Pienso ◘