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Otoño-Invierno de 221

Fecha fijada indefinidamente con la siguiente ambientación: Los ninjas de las Tres Grandes siguen luchando contra el ejército de Kurama allá donde encuentran un bastión sin conquistar. Debido a las recientes provocaciones del Nueve Colas, los shinobi y kunoichi atacan con fiereza en nombre de la victoria. Kurama y sus generales se encuentran acorralados en las Tierras Nevadas del Norte, en el País de la Tormenta. Pero el invierno está cerca e impide que cualquiera de los dos bandos avance, dejando Oonindo en una situación de guerra fría, con pequeñas operaciones aquí y allá. Las villas requieren de financiación tras la pérdida de efectivos en la guerra, y los criminales siguen actuando sobre terreno salpicado por la sangre de aliados y enemigos, por lo que los ninjas también son enviados a misiones de todo tipo por el resto del mundo, especialmente aquellos que no están preparados para enfrentarse a las terribles fuerzas del Kyuubi.
Más atrás del peliblanco venía la chica que nos había recibido en la puerta, evidentemente sacó cuentas en pocos milisegundos y sí fuera por ella ya nos estaba sacando, sin siquiera saber ni escuchar motivos, ¿había mencionado lo amable que se mostraba hacia nosotros? La nativa del lugar ni corta ni perezosa empezaba a demostrarse incómodo o molesta por la actitud de la otra femenina.

Afortunadamente la única persona que podía salvarnos se encontraba dudoso, el sabio se incorporó admitiendo que el hecho de que ella estuviera ahí pudiera ser algún problema o algo por el estilo, no terminé de entender a que se refería, por lo que me mantuve total y absolutamente en silencio en espera de una respuesta, no obstante, Koutetsu se mantenía firme con la idea de que el erudito era el más indicado para tratar el asunto, y bueno su asistente solo quería quitarse trabajo de encima corriéndonos, su voz empezaba a retumbar en mi cabeza, se escuchaba cansina.

Y prosiguió un silencio incómodo, un escalofrío recorrió mi cuerpo, el señor no decía nada, miré a mi acompañante y al sabio, luego a la aborigen y nuevamente a Shinda, sentía que estaba analizando la situación, que nos detallaba y pensaba profundamante y eso me dejaba totalmente a la expectativa, el primer escalofrío fue sucedido de unos cuantos más, me estaba empezando a atacar la ansiedad, hasta que finalmente nos dio un salvavidas, no nos echarían de patitas a la calle.

—Gracias, ella dijo que lo trataría con respeto, solo que se incómodo por el calor... No está acostumbrada a esta temperatura.— Comenté, aunque seguramente él ya lo sabía.

—Bueno, realmente no hay muchos detalles, eso creo.— Dije tratando de recordar algo relevante. —Fuimos a dar un paseo en renos, los renos nos llevaron a algún lugar que no sabría decirle exactamente dónde era, caminaron bastante y recuerdo que logré ver como ¿un lago de hielo?— Pregunté al moreno, no recordaba precisamente la imagen y las palabras tampoco me ayudaban. —Era como un circulo de hielo, algo así... El punto fue que se desató una tormenta de nieve y empezamos a retroceder, en medio de la tormenta uno de los renos chocó con algo, pensé que era una piedra o algo así, no le dí importancia, fue él quien la encontró, su cuerpo estaba enterrado bajo la nieve, y estaba sin signos vitales... Ciertamente pensé que estaba muerta... Y bueno trasladamos el cuerpo hasta aquí y la atendimos y salió de su estado de coma, su despertar fue un poco brusco pero parece que ya se adaptó; nos alojamos en el hotel que acaba de abrir y ahí supimos que podríamos venir a verle para conocer un poco más de la historia del lugar...— Expliqué de manera precisa y concisa lo que recordaba. —Es todo lo que recuerdo, ¿quieres agregar algo?— Miré al peliblanco, después de terminar de hablar caí en cuenta que a lo mejor había dado más información de la necesaria, ¿sabría que eramos shinobis?
Hablo - "Pienso" - Narro
Color de diálogo: Limegreen
Byakugo no In: Inicio 19/04/2018

[Imagen: 5b744fac64c6fe9ec924f3cf50c4417fo.jpg]
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RE: La muerte es blanca y tiene los ojos azules - por Keisuke - 13/12/2017, 01:59


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