13/12/2017, 01:59
Más atrás del peliblanco venía la chica que nos había recibido en la puerta, evidentemente sacó cuentas en pocos milisegundos y sí fuera por ella ya nos estaba sacando, sin siquiera saber ni escuchar motivos, ¿había mencionado lo amable que se mostraba hacia nosotros? La nativa del lugar ni corta ni perezosa empezaba a demostrarse incómodo o molesta por la actitud de la otra femenina.
Afortunadamente la única persona que podía salvarnos se encontraba dudoso, el sabio se incorporó admitiendo que el hecho de que ella estuviera ahí pudiera ser algún problema o algo por el estilo, no terminé de entender a que se refería, por lo que me mantuve total y absolutamente en silencio en espera de una respuesta, no obstante, Koutetsu se mantenía firme con la idea de que el erudito era el más indicado para tratar el asunto, y bueno su asistente solo quería quitarse trabajo de encima corriéndonos, su voz empezaba a retumbar en mi cabeza, se escuchaba cansina.
Y prosiguió un silencio incómodo, un escalofrío recorrió mi cuerpo, el señor no decía nada, miré a mi acompañante y al sabio, luego a la aborigen y nuevamente a Shinda, sentía que estaba analizando la situación, que nos detallaba y pensaba profundamante y eso me dejaba totalmente a la expectativa, el primer escalofrío fue sucedido de unos cuantos más, me estaba empezando a atacar la ansiedad, hasta que finalmente nos dio un salvavidas, no nos echarían de patitas a la calle.
—Gracias, ella dijo que lo trataría con respeto, solo que se incómodo por el calor... No está acostumbrada a esta temperatura.— Comenté, aunque seguramente él ya lo sabía.
—Bueno, realmente no hay muchos detalles, eso creo.— Dije tratando de recordar algo relevante. —Fuimos a dar un paseo en renos, los renos nos llevaron a algún lugar que no sabría decirle exactamente dónde era, caminaron bastante y recuerdo que logré ver como ¿un lago de hielo?— Pregunté al moreno, no recordaba precisamente la imagen y las palabras tampoco me ayudaban. —Era como un circulo de hielo, algo así... El punto fue que se desató una tormenta de nieve y empezamos a retroceder, en medio de la tormenta uno de los renos chocó con algo, pensé que era una piedra o algo así, no le dí importancia, fue él quien la encontró, su cuerpo estaba enterrado bajo la nieve, y estaba sin signos vitales... Ciertamente pensé que estaba muerta... Y bueno trasladamos el cuerpo hasta aquí y la atendimos y salió de su estado de coma, su despertar fue un poco brusco pero parece que ya se adaptó; nos alojamos en el hotel que acaba de abrir y ahí supimos que podríamos venir a verle para conocer un poco más de la historia del lugar...— Expliqué de manera precisa y concisa lo que recordaba. —Es todo lo que recuerdo, ¿quieres agregar algo?— Miré al peliblanco, después de terminar de hablar caí en cuenta que a lo mejor había dado más información de la necesaria, ¿sabría que eramos shinobis?
Afortunadamente la única persona que podía salvarnos se encontraba dudoso, el sabio se incorporó admitiendo que el hecho de que ella estuviera ahí pudiera ser algún problema o algo por el estilo, no terminé de entender a que se refería, por lo que me mantuve total y absolutamente en silencio en espera de una respuesta, no obstante, Koutetsu se mantenía firme con la idea de que el erudito era el más indicado para tratar el asunto, y bueno su asistente solo quería quitarse trabajo de encima corriéndonos, su voz empezaba a retumbar en mi cabeza, se escuchaba cansina.
Y prosiguió un silencio incómodo, un escalofrío recorrió mi cuerpo, el señor no decía nada, miré a mi acompañante y al sabio, luego a la aborigen y nuevamente a Shinda, sentía que estaba analizando la situación, que nos detallaba y pensaba profundamante y eso me dejaba totalmente a la expectativa, el primer escalofrío fue sucedido de unos cuantos más, me estaba empezando a atacar la ansiedad, hasta que finalmente nos dio un salvavidas, no nos echarían de patitas a la calle.
—Gracias, ella dijo que lo trataría con respeto, solo que se incómodo por el calor... No está acostumbrada a esta temperatura.— Comenté, aunque seguramente él ya lo sabía.
—Bueno, realmente no hay muchos detalles, eso creo.— Dije tratando de recordar algo relevante. —Fuimos a dar un paseo en renos, los renos nos llevaron a algún lugar que no sabría decirle exactamente dónde era, caminaron bastante y recuerdo que logré ver como ¿un lago de hielo?— Pregunté al moreno, no recordaba precisamente la imagen y las palabras tampoco me ayudaban. —Era como un circulo de hielo, algo así... El punto fue que se desató una tormenta de nieve y empezamos a retroceder, en medio de la tormenta uno de los renos chocó con algo, pensé que era una piedra o algo así, no le dí importancia, fue él quien la encontró, su cuerpo estaba enterrado bajo la nieve, y estaba sin signos vitales... Ciertamente pensé que estaba muerta... Y bueno trasladamos el cuerpo hasta aquí y la atendimos y salió de su estado de coma, su despertar fue un poco brusco pero parece que ya se adaptó; nos alojamos en el hotel que acaba de abrir y ahí supimos que podríamos venir a verle para conocer un poco más de la historia del lugar...— Expliqué de manera precisa y concisa lo que recordaba. —Es todo lo que recuerdo, ¿quieres agregar algo?— Miré al peliblanco, después de terminar de hablar caí en cuenta que a lo mejor había dado más información de la necesaria, ¿sabría que eramos shinobis?