14/12/2017, 01:19
—No, me parece que eso resume bastante bien todo lo ocurrido — Aclaró Koutetsu sin agregar ningún otro detalle a lo que yo había dicho.
—Ya veo… ¿Entonces fue un acto casual y desinteresado lo que los involucro en todo este asunto? —Indagó nuevamente ante lo ya expuesto, y no se quedó ahí sino que continuó... —: ¿Porque no se separaron de la chiquilla una vez estuvo fuera de peligro?
Nuevamente el moreno respondió de la forma más cautelosa:
—Primeramente, porque el haberla traído hasta el pueblo me hace un poco responsable de lo que pase con ella; y luego, porque no parece estar muy cómoda en este tipo de ambiente y me preocupaba la cantidad de problemas que pudiese causar si la dejábamos a sus anchas.
—¡Sonar horrible, innecesario, parecer, igual, secuestro! — Saltó la aborigen demostrando el descontento con lo que decía el peliblanco, pero él se encargó de manejar la situación bajo control.
—Vamos, no digas eso —
Y entonces hubo un nuevo silencio, un silencio incómodo en la cual sentí nuevamente como nos analizaban, o bueno como escudriñaban nuestras palabras, buscando alguna grieta que desacreditara lo que exponíamos a su persona; se mantuvo pensativo y finalmente comentó con cierto tono de resignación
—Os concedo mi tiempo, mi habla y mi escucha; reveladme vuestro nombre, miembro de los Seltkalt. Dijo dirigiéndose a la pálida chica.
—Agradecimiento, cortesía —dijo ella y realizó una leve reverencia —. Yo ser Sapayauitl, segundogénita de anterior líder, hermana menor, líder de este tiempo.
"O sea, no es una aldeana común... Realmente es alguien importante..." Me afirmé con tan solo escuchar esas palabras.
—Yo soy Sarutobi Koji, primogénito del anterior jefe de la familia, hermano mayor del actual jefe familiar. Mi deber presente es cumplir como guardián del conocimiento tradicional y mediador de asuntos ancestrales.
"¿Y él es familiar del dueño del hotel? Debe serlo... Ambos son Sarutobi, Shinda es el mayor... Pero el otro es el jefe de la familia... Que raro..."
—Sapayauitl, miembro, familia real, heredera. Deber presente, embajadora, mediadora, representante. Y entonces ella reveló que realmente era alguien importante, era la encargada de llevar la paz, o la guerra, a su pueblo; esta visita sería crucial para lo que se avecinaría; poco a poco las piezas del rompecabezas iban encajando lentamente, pero aún faltaba algunas cuantas por descubrir...
—Me resulta en completo desconocido el asunto que os trae ante mí, así que tened la merced de exponerlo adecuadamente. Y por favor, haced uso de cuantos detalles consideréis necesarios. Exigió de forma mucho más formal.
—Ustedes, líder, querer quitar tierra, hogar más allá de muchas memorias. Recurrir, violencia, malicia, crueldad. Gente de Ueytlali Setl, molesta, venganza, consecuencias. Sapayauitl, buscar, ustedes desistir, evitar guerra, bien de todos… más ustedes.
No podía hacer nada más que quedarme en silencio y apreciar como se desarrollaba todo, mis orbes se fijaban en cada uno de ellos cada vez que hablaban, la historia que escuché en el trineo volvió a mi mente cuando escuché el motivo de su visita, el ambiente podría caldearse pronto... Y lo confirmé cuando Shinda palideció al escuchar las palabras, parecía anonadado, incluso daba la impresión de que no sabía que decir.
—Jefe Sarutobi, querer comprar tierra sagrada. Jefe Seltkalt no querer acceder. Primero romper paz, atacar, guerreros letales. Segundo enojado, buscar guerra, venganza. Ambos querer expulsión del otro, por muerte o rendición.
"Vaya, vaya... Lo mejor sería volver cuanto antes a Amegakure" Me dije tratando de alejarme de los asuntos que no me competían,ni a mi nación tampoco.
—¡Kazushiro, maldito idiota! ¿Es que piensas hacer que tu estupidez nos arrastre a todos a otra guerra? Manifestó en un tono no muy alto, pero demostrando su disgusto, era evidente que la situación iba en desmejoria...
—Oye, Keisuke-san — Susurró el moreno por lo que le miré disimuladamente, no quería que por algún
motivo se pensase que estuviéramos conspirando de alguna forma—. Esto ha escalado más allá de un simple malentendido… Aunque no entiendo todo lo que sucede, estoy seguro de que hay mucho peligro involucrado, ¿tú que piensas al respecto? ¿Deberíamos preguntar y enterarnos un poco más de cómo va todo este asunto?
Realmente el panorama estaba bastante dibujado y cada quien tenía una vista diferente del mismo, pero no por eso se podía decir que estuviera uno más errado que el otro. —Lo más sensato sería regresar a nuestras respectivas aldeas, no deberíamos vernos envueltos en ninguna guerra que no nos compete, eso sería lo ideal, pero sí la situación no mejora el día de hoy no tendremos tiempo ni de marcharnos...— Musité al peliblanco para seguir pensando que responder a su interrogante, sabía bien que quien manejara más información tendría más poder, no obstante... ¿Qué seguía ir a visitar el pueblo perdido entre las nieves? Esa una idea que no me agradaba en lo más mínimo.
—Además... Somos prácticamente el salvavidas de esta chica, sí es tan importante como dice ser podrían incluso intentar...— Miré de reojo a Shinda y a su asistente, quería asegurarme de que nadie escuchase, a excepción de Koutetsu. —Secuestrarla.—
La historia se estaba volviendo cada vez más increíble, más fantasiosa, en este momento podríamos vernos como los embajadores de la paz entre dos pueblos... —Igual no tenemos muchas opciones, estamos metidos hasta el cuello en este asunto...— Y esa sería la afirmativa que necesitaría el ninja de uzu para saber mi respuesta.
¿Que sucedería ahora?
—Ya veo… ¿Entonces fue un acto casual y desinteresado lo que los involucro en todo este asunto? —Indagó nuevamente ante lo ya expuesto, y no se quedó ahí sino que continuó... —: ¿Porque no se separaron de la chiquilla una vez estuvo fuera de peligro?
Nuevamente el moreno respondió de la forma más cautelosa:
—Primeramente, porque el haberla traído hasta el pueblo me hace un poco responsable de lo que pase con ella; y luego, porque no parece estar muy cómoda en este tipo de ambiente y me preocupaba la cantidad de problemas que pudiese causar si la dejábamos a sus anchas.
—¡Sonar horrible, innecesario, parecer, igual, secuestro! — Saltó la aborigen demostrando el descontento con lo que decía el peliblanco, pero él se encargó de manejar la situación bajo control.
—Vamos, no digas eso —
Y entonces hubo un nuevo silencio, un silencio incómodo en la cual sentí nuevamente como nos analizaban, o bueno como escudriñaban nuestras palabras, buscando alguna grieta que desacreditara lo que exponíamos a su persona; se mantuvo pensativo y finalmente comentó con cierto tono de resignación
—Os concedo mi tiempo, mi habla y mi escucha; reveladme vuestro nombre, miembro de los Seltkalt. Dijo dirigiéndose a la pálida chica.
—Agradecimiento, cortesía —dijo ella y realizó una leve reverencia —. Yo ser Sapayauitl, segundogénita de anterior líder, hermana menor, líder de este tiempo.
"O sea, no es una aldeana común... Realmente es alguien importante..." Me afirmé con tan solo escuchar esas palabras.
—Yo soy Sarutobi Koji, primogénito del anterior jefe de la familia, hermano mayor del actual jefe familiar. Mi deber presente es cumplir como guardián del conocimiento tradicional y mediador de asuntos ancestrales.
"¿Y él es familiar del dueño del hotel? Debe serlo... Ambos son Sarutobi, Shinda es el mayor... Pero el otro es el jefe de la familia... Que raro..."
—Sapayauitl, miembro, familia real, heredera. Deber presente, embajadora, mediadora, representante. Y entonces ella reveló que realmente era alguien importante, era la encargada de llevar la paz, o la guerra, a su pueblo; esta visita sería crucial para lo que se avecinaría; poco a poco las piezas del rompecabezas iban encajando lentamente, pero aún faltaba algunas cuantas por descubrir...
—Me resulta en completo desconocido el asunto que os trae ante mí, así que tened la merced de exponerlo adecuadamente. Y por favor, haced uso de cuantos detalles consideréis necesarios. Exigió de forma mucho más formal.
—Ustedes, líder, querer quitar tierra, hogar más allá de muchas memorias. Recurrir, violencia, malicia, crueldad. Gente de Ueytlali Setl, molesta, venganza, consecuencias. Sapayauitl, buscar, ustedes desistir, evitar guerra, bien de todos… más ustedes.
No podía hacer nada más que quedarme en silencio y apreciar como se desarrollaba todo, mis orbes se fijaban en cada uno de ellos cada vez que hablaban, la historia que escuché en el trineo volvió a mi mente cuando escuché el motivo de su visita, el ambiente podría caldearse pronto... Y lo confirmé cuando Shinda palideció al escuchar las palabras, parecía anonadado, incluso daba la impresión de que no sabía que decir.
—Jefe Sarutobi, querer comprar tierra sagrada. Jefe Seltkalt no querer acceder. Primero romper paz, atacar, guerreros letales. Segundo enojado, buscar guerra, venganza. Ambos querer expulsión del otro, por muerte o rendición.
"Vaya, vaya... Lo mejor sería volver cuanto antes a Amegakure" Me dije tratando de alejarme de los asuntos que no me competían,ni a mi nación tampoco.
—¡Kazushiro, maldito idiota! ¿Es que piensas hacer que tu estupidez nos arrastre a todos a otra guerra? Manifestó en un tono no muy alto, pero demostrando su disgusto, era evidente que la situación iba en desmejoria...
—Oye, Keisuke-san — Susurró el moreno por lo que le miré disimuladamente, no quería que por algún
motivo se pensase que estuviéramos conspirando de alguna forma—. Esto ha escalado más allá de un simple malentendido… Aunque no entiendo todo lo que sucede, estoy seguro de que hay mucho peligro involucrado, ¿tú que piensas al respecto? ¿Deberíamos preguntar y enterarnos un poco más de cómo va todo este asunto?
Realmente el panorama estaba bastante dibujado y cada quien tenía una vista diferente del mismo, pero no por eso se podía decir que estuviera uno más errado que el otro. —Lo más sensato sería regresar a nuestras respectivas aldeas, no deberíamos vernos envueltos en ninguna guerra que no nos compete, eso sería lo ideal, pero sí la situación no mejora el día de hoy no tendremos tiempo ni de marcharnos...— Musité al peliblanco para seguir pensando que responder a su interrogante, sabía bien que quien manejara más información tendría más poder, no obstante... ¿Qué seguía ir a visitar el pueblo perdido entre las nieves? Esa una idea que no me agradaba en lo más mínimo.
—Además... Somos prácticamente el salvavidas de esta chica, sí es tan importante como dice ser podrían incluso intentar...— Miré de reojo a Shinda y a su asistente, quería asegurarme de que nadie escuchase, a excepción de Koutetsu. —Secuestrarla.—
La historia se estaba volviendo cada vez más increíble, más fantasiosa, en este momento podríamos vernos como los embajadores de la paz entre dos pueblos... —Igual no tenemos muchas opciones, estamos metidos hasta el cuello en este asunto...— Y esa sería la afirmativa que necesitaría el ninja de uzu para saber mi respuesta.
¿Que sucedería ahora?